¿Quieres Ser un Buen Director? ¡Escucha, Observa y Toma Muchas Notas!

Durante los últimos nueve meses, me he pasado las tardes de cada martes, en una sala de aspirantes a administradores.  Al principio, me sentí fuera de lugar ya que era la más joven y a la misma vez la que tenía menos años de experiencia en la sala. Con menos de cinco años en mi haber, en comparación con un promedio de quince, pasé los primeros dos meses adivinando y preguntándome si tal vez vine al grupo de administradores demasiado pronto. Si bien ahora estoy seguro de mi viaje y me doy cuenta de que los años no son equivalentes a la experiencia o el liderazgo real, he aprendido muchas lecciones en el proceso que me han permitido recrear mi propia visión de lo que es el liderazgo transformador.

Gracias a las numerosas tareas centradas en entrevistar colegas, seguir administradores exitosos y simplemente escuchar a los maestros y al personal mientras expresan sus necesidades y deseos, y al examinar mi propio papel como miembro de la junta directiva de un distrito escolar urbano, aprendí qué hace que los líderes sean transformadores no solo depende de su experiencia en contenido, sino de su capacidad para construir y fomentar relaciones sólidas.

Liderazgo apreciativo

Como maestra de primer año, trabajé en lo que ahora entiendo como “”liderazgo apreciativo.“Mi Director de Instrucción fue notorio por las notas personalizadas que nos proporcionaron tanto felicitaciones como múltiples oportunidades de crecimiento. Dirigió con el ejemplo y establece altas expectativas para todos al modelarlos él mismo. Él nunca dio por hecho nuestro trabajo y lo convirtió en una prioridad para reconocer nuestro compromiso con nuestros niños, tanto dentro como fuera del aula. Mirando hacia atrás y con un nuevo sentido de comprensión de las cualidades que hacen que un líder sea verdaderamente transformador, su humildad y su capacidad para apreciar a los demás nos inspiraron como personal para ir más allá de lo que sea. Ese sentido de liderazgo lamentablemente falta en muchas escuelas hoy en día. Quizás esto es una función del entrenamiento de liderazgo insuficiente. O tal vez los administradores se sienten abrumados por las preocupaciones burocráticas, o tal vez algunas personas que ascendieron a los puestos de liderazgo se olvidaron de las personas que los apoyan desde abajo. Tal vez todo se deba a las muchas presiones de no contar con personal suficiente y tener que ponerte en múltiples posiciones de trabajo al mismo tiempo, lo que obstaculiza las pequeñas cosas cotidianas que marcan la diferencia. Independientemente de todo eso, es fundamental que más administradores se esfuercen no solo en apreciar a su personal, sino también en reconocer lo que todos aportan, ya que esas fortalezas individuales fomentarán un entorno de colaboración. Un gran líder se multiplica a sí mismo como una forma de hacer más: es crucial que más administradores entiendan esto desde el principio o se hará muy poco.

Gran gestión operativa

De todas mis conversaciones con colegas y de numerosas observaciones durante visitas al sitio y con mis propias oportunidades de sombreado, he notado dos de las cualidades comunes que muchos han compartido al describir a su administrador ideal: grandes habilidades organizativas y una sólida gestión operativa.  Al igual que con cualquier otro negocio, la responsabilidad de un gerente es supervisar que todo el trabajo se complete sin dejar de mantener una relación con los clientes y sus empleados. Los líderes escolares deberían hacer exactamente eso: supervisar su escuela y mantener a las familias, estudiantes y personal satisfechos.

Para lograr esto, es fundamental que los líderes escolares preparen sus días de una manera que les permita ser comprensivos, sin ser autoritarios y tener una visión que les permita administrar macro en lugar de micro administrar.  Un gran líder operacional también entiende que para dirigir una escuela con éxito, debe confiar en que el personal hará su parte y también ganará la confianza de los demás. Debe haber una comunicación transparente, donde todos los involucrados sepan lo que está sucediendo y la información no se limite simplemente a aquellos en el “círculo interno”.

Un gran líder operativo modela la ética del trabajo a través de la presencia: siempre puntual, siempre accesible y lo más importante siempre disponible. Si es necesario, un gran líder operacional entiende el valor de la proactividad; no esperan que se cuiden las cosas e inmediatamente actúan como custodios si es necesario. Pero, sobre todo, un gran líder operativo, escucha e inspira a otros a hacer un esfuerzo adicional al hacerlo ellos mismos.

El conocimiento instructivo siempre es una ventaja

Solía ​​creer que para ser un líder escolar exitoso, uno debe ser fuerte en todas las áreas de contenido académico. Esta es una expectativa poco realista. Ha quedado muy claro que es más importante tener conocimientos de instrucción en términos de estrategias y comprensión de lo que funciona para diferentes poblaciones de estudiantes, sobre la experiencia de contenido simple en algunas áreas. Lo bonito de ser un líder instructivo fuerte es que comprende el poder de las rondas de instrucción, los valores y respeta el tiempo de planificación docente, prioriza la reflexión intencional de datos y brinda apoyo cuando es más necesario. Pero incluso con todos los antecedentes académicos en el mundo, es esencial que un líder escolar aún posea todas las cualidades mencionadas anteriormente, ya que todos gravitan hacia los líderes que son humanos antes que nada.

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Alma Renteria

Alma Renteria

Alma-Delia Renteria is a proud product of Lynwood schools. After graduating UC Riverside, with a B.A. in English and a year earlier than anticipated, she decided to commit her “gap year” to City Year. After City Year Los Angeles, Alma went on to purse a teaching career with Teach For America Los Angeles. Upon joining TFA, Alma began her education career as a middle school teacher. It was while teaching that she realized the need to do her part to help serve the community she grew up in and decided to run for office, getting elected to the Lynwood School Board at only 23 years old. Alma completed her first Master’s degree in Urban Education at Loyola Marymount University and a 2nd Masters in Educational Leadership along with her Admin Credential at Concordia University. She was appointed by the Speaker to the Instructional Quality Commission and re-elected to the Lynwood School Board in 2018. She currently serves as the Principal at a local elementary school in Pico Rivera, where she hopes to demonstrate that magic is possible when thee right people are given opportunities to lead.

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