Dejar a mi hija, Mailey, en la Universidad Estatal de California en Monterey Bay fue una experiencia orgullosa, pero dolorosa.
18 de Agosto, comenzamos nuestro camino emocional de cinco horas y media en carro, a Seaside, California, el nueva hogar de Mailey lejos de su hogar por los próximos años.
Cambiamos a Mailey en su habitacion individual al día siguiente y trabajamos duro para hacer que se sintiera cómoda y luminosa. Era importante para nosotros el darle un espacio donde ella se sentiría feliz. Cuanto mejor se miraba la habitación lo más fácil se convirtió para mí, el soportar la idea de dejarla allí. Lo más importante, la tristeza de Mailey comenzó a desaparecer a medida que la habitación empezó a dar vida.
Al día siguiente, la familia celebramos los logros de Mailey con una linda cena en Monterey. Mailey se sentó en la cabecera de la mesa, y cada vez que miraba hacia ella, me llenaba de emociones. No podía creer la razón por la que estábamos allí. Llena de alegría, sucumbió por la felicidad, el momento del mayor orgullo, ninguno de éstos definió por completo el afecto que sentía en mi corazón por todo lo que Mailey ya había logrado.
Después, el día siguiente se llevó a cabo, la mañana estaba silencia. Después de más de 18 años de vivir en su casa, era el momento de decir adiós. Cada momento que he compartido con Mailey riéndonos, haciendo mandados, escuchando sus historias, luchando, regañandola, abrazándola, besándola, y dirigiendola estaban jugando en mi mente sin parar. Y cada uno de esos momentos que me estaba recordando era importante, cada momento había sido una pequeña pieza del rompecabezas para llegar a donde estábamos, CSUMB. Nuestra despedida fue dolorosa. Nuestro último abrazo de ese día fue uno lleno de amor, y te voy a extranar. Tomó mucha fuerza pero le confié mi hija a Dios, y nos fuimos.
Lloré durante aproximadamente una hora sin parar en nuestro camino a casa y luego en intervalos a través de nuestro camino. Mailey lloró durante unos cinco minutos y después estaba bien. Me hizo reír cuando oí esto. Siempre he dicho que no importa dónde están mis hijos, si son felices, entonces yo estoy feliz. Así que sabiendo que había regresado a su compostura rápidamente me hizo feliz.
¿Por Qué Todo Este Alboroto?
Ir a la universidad es un gran logro. Y cuando pienso en la crianza de Mailey, de lo poco tradicional que fue, y de lo difícil que fue a veces, sólo se suma a lo orgullosa que me siento.
Uno, Yo tuve a Mailey cuando tenía 18 años de edad. Supe entonces que Mailey no seguiría el mismo camino. Crie a Mailey con mente de una pista, y era que “la educación es la clave.” Dedique mi tiempo a ella, proporcionando para ella, poniéndola en una zona de buenas escuelas, dándole amor incondicionalmente, compartiendo mis errores personales, de modo que ella fuera aprender de ellos, y enseñándole a tomar oportunidades y disfrutar del momento actual. E inesperadamente a través de todo eso, obtuve una mejor amiga.
Dos, el padre de Mailey y yo nos separamos cuando ella tenía seis años de edad. Ella luchó con los dos de nosotros, siguiendo adelante, y construyendo familias diferentes. Las dos familias aprendieron a poner a Mailey ante todo y a pesar de todo, nos convertimos en grandes amigos, nos convertimos en una familia. Así Mailey creció con doble amor.
Tres, Mailey es la segunda, de ir a la universidad en nuestra familia inmediata, por lo que esta materia de la universidad es nuevo para nosotros. Para Mailey, el haber logrado ir a la universidad sin tener padres a quién podía recurrir, en busca de experiencia de primera mano y consejos, es admirable.
Finalmente, optó por salir de su casa, y explorar un nuevo lugar con gente nueva, que muestra una fuerza y valor increíble. Cómo Latina, no es la norma mudarse antes de casarse, y aunque no crie a Mailey, de esta manera tradicional, sigue siendo una cosa increíble para mí ser testigo. Mi fuerte, inteligente, hermosa hija Latina, llendose a la universidad es todavía algo que me maravilla. Que no debería, porque hemos trabajado muy duro, para llegar aquí, sin embargo, parece como si hubiera salido de la nada, un minuto está en casa, y ahora se ha ido, y está valiéndose por sí misma.
Gratamente Feliz
Estoy feliz, y un poco sorprendida de que ella, está haciendo “sorprendentemente” bien. Yo sabía que algo en ella iba a despertar, mientras ella estaba ausente. Una cierta independencia que toda madre quiere ver en su hija porque la va apoderar. Pero lo que me ha mostrado Mailey en sólo tres semanas, supera lo que yo esperaba de ella. Mientras que ella está luchando el que extraña su hogar, ella misma se está sumergiendo en la vida de la universidad, asistiendo a eventos, conociendo gente nueva, aceptando felizmente la razón el por qué, está allí (una educación / experiencia increíble), y ella está demostrando un nivel increíble de responsabilidad. El progreso de Mailey en tres semanas me indica que ella va a estar muy bien.
Monica Luna Gonzalez
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