Mi mamá es mejor amiga y mi mayor fuente de motivación. Lo que soy hoy en día es el resultado directo de lo que fue ella en mi vida mientras crecía.
Todavía recuerdo cómo celebraba con ella después de ganar el premio como “Mejor vestuario” durante cada Halloween durante el festival de traje, ya que ella se aseguró de que siempre participara y sea de las mejores vestidas. A ella le encantaba verme ser el centro de atención, y a una temprana edad, me enseñó a poseer quién era yo y a estar cómoda en mi propia piel.
Todavía recuerdo su cara llena de orgullo y emoción mientras participaba en las rondas de cálculo mental en las competencias anuales del Distrito, Math-o-thon, durante cinco años consecutivos. Ella era la que levantaba más su voz en la multitud, animándome, incluso cuando no ganaba uno de los trofeos. Mi madre me enseñó que el éxito era ganado con trabajo y las experiencias vividas y no simplemente con los resultados.
Todavía recuerdo su asistencia a todas las conferencias de padres y cada “Noche de Regreso a Clases.” Ella siempre iba ansiosa de escuchar lo que los maestros dirían de mí. A mi madre le encantaba escuchar los elogios sobre lo “buena estudiante” que era yo. No le gustaba los comentarios de que “habla demasiado en clase”, pero ella nunca lo tomó personal. Ella simplemente me pidió que siga con el buen trabajo.
Incluso recuerdo mis años adolescentes y mi obsesión con RBD, una banda de pop mexicana, y las aventuras locas en las que me llevaba para satisfacer mi deseo de conocerlos. Ella fue tan lejos como me conducir horas de distancia para que pudiera asistir a una reunión del club oficial de fans, sólo para comprar una camiseta oficial y tener acceso a los asientos preferentes en su concierto. También nos condujo condujo a mis amigos y a mi a múltiples firmas de discos y espectáculos al azar. Nunca se quejó. Ella sólo me permitió ser yo y compartió mi entusiasmo como si fuera el suyo.
Aun como adulta, mi madre sigue siendo mi mas grande defensora y me mejor apoyo. Cuando me decidí a correr para un puesto en la Mesa Directiva, tenía miedo de que sería demasiado el trabajo y la energía que requeriría la campaña de todas mi familia. Afortunadamente, ella tomó el rol de líder y fue la mas involucrada sin tener que pedirselo. Ella solicitó votos de toda la comunidad para mí cada fin de semana durante tres meses consecutivos y me empujó a creer en mí misma en los días que quería darme por vencida.
No hace mucho tiempo, compartí con ella que temía que no estaba siendo apreciada en el trabajo. Le dije que me encantaba mi trabajo, pero no me quiero sentir como si estuviera siendo complaciente. Creo que compartí con ella esto porque quería que me convenciera a quedarme, pero en su lugar, ella me recordó que tenía opciones. Cuando compartí mi decisión de que estaría dejando mi trabajo, yo esperaba que ella me cuestionara y me hiciera sentir irresponsable por tomar la decisión tan apresurada, pero en lugar de eso me dijo que era valiente por asumir riesgos y me recordó que tenía una gran variedad de oportunidades disponibles y que no debía tener miedo de seguir mi corazón.
La verdad es que tener a mi madre como mi madre es exactamente porque soy quien soy hoy en dia. Tengo confianza porque ella a creído en mí y nunca me ha permitido cuestionar mi talento. Me preocupo por los demás porque ella me enseñó que no hay mayor acto de amor que el ser desinteresado y amar a otro. Soy una defensora de estudiantes porque ella me mostró, a través de sus propias acciones, el poder y el impacte que tiene en la vida de un estudiante el tener a alguien como su más grande campeón. Empujo y ánimo a otros a esforzarse a siempre ser la mejor versión de sí mismos, porque ella me enseñó que a veces todo lo que la gente necesita es darse cuenta de su propio potencial. Soy valiente y resistente porque ella me permitió tomar riesgos y fallar, siempre en mis propios términos, porque sabía que cada caída sólo se me haría más fuerte.
La gente a menudo me dice que soy muy parecida a mi madre, y la verdad es que es uno de los mayores cumplidos que alguien me podría dar.
Así que para todas las madres por ahí que necesitan un recordatorio de que todo lo que hacen es importante, aquí está el mío: con cada acción que realizan, le están dando forma a sus hijos. Su participación en la vida de sus hijo/as lo es todo. Gracias por ser las mujeres increíbles, complejas y heroicos que son.
Y a mi madre, gracias por creer en mí siempre.
Alma Renteria
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