Yo Me Uní a Teach for America para Ser Parte del Movimiento y No Parte de los Críticos

Cada vez que tengo la oportunidad de compartir acerca de mí misma, siempre escaneó la habitación antes de compartir que “yo soy una alumna de TFA,” ya que me gusta prepararme para las personas con perspectivas negativas hacia TFA antes de tiempo. Irónicamente, Teach For America, el prestigioso programa de dos años que coloca a graduados universitarios de alto rendimiento para servir como maestros en escuelas de alta necesidad en todo el país, alguna vez fue conocido como el boleto de oro a una gran variedad de opciones para el futuro. Por lo tanto, era un objetivo para muchos líderes aspirantes y ambiciosos unirse a TFA después de la universidad. La verdad es que todavía TFA es la vía para muchas personas ambiciosas y orientadas hacia sus objetivos. Sin embargo, dada la atención negativa de los medios y la falta de voz y el apoyo de los alumnos que se han beneficiado del programa y han sido testigos de primera mano del impacto positivo que Teach for America ha tenido en las vidas de muchos estudiantes, TFA ha perdido poco a poco el reino de ser “la mejor adición a un resumen.” Por alguna razón, no puedo decir que esto me entristece; por el contrario, me da esperanza que sin esa estigma, habrá un mejor capítulo de Teach For America.

Como una recién graduada de la universidad, estaba deseosa de “salvar al mundo”, haci que me uní a City Year Los Angeles. Fue a través de City Year que por primera vez escuche sobre Teach for America. De acuerdo con las historias compartidas, TFA más a menudo reclutaba en colegios y universidades de más alto rango y por lo general se centraba en el cinco por ciento superior de la clase que se graduaba. Dada esta información, entendí por qué yo nunca había sido reclutada por uno de los miembros del personal de TFA: yo era un estudiante con un promedio decente (definitivamente no competitivo) que asistió a una de las universidades menos conocidas,  y una de las instituciones del sistema UC clasificada como inferior a las otras, por lo que técnicamente yo no encajaba en el “molde de TFA.” Aún así, era saber que yo no era la “típica”recluta de TFA que me motivó a aplicar.

Al ser aceptada en la cohorte de Los Ángeles, me encontré frente a una nueva realidad. Ya que no había estado demasiada involucrada con TFA antes de aplicar, no había estado tan expuesta a la crítica detrás de sus tendencias de contratación o los problemas de retención y mucho menos, la tensión entre el lado conservador y los progresistas. Lo que me di cuenta desde el principio fue que la mayoría de los críticos eran extraños y si bien puede ser fácil de identificar cada pieza negativa de una organización desde el exterior mirando hacia adentro, era importante para mí infiltrar y experimentar de primera mano de lo que trataba TFA. Hasta hoy, la decisión de entrar al program de TFA ha sido una de las mejores decisiones que he tomado.

Terminé mis dos años de servicio con Teach for America en el 2014. Aunque me gustaría poder decir que todavía estoy en la clase hoy, después de dos años y medio, decidí dejar de ser maestra.  Sé que mi propia decisión de abandonar la clase se suma a las constantes críticas que TFA desarrolla a maestros que sólo sirven sus dos años y luego siguen adelante con sus propios planes, creando una puerta giratoria para nuestros estudiantes. Sin embargo, esta es la parte que quiero tratar, ya que sé de primera mano que esto no es el caso.

Después de estar en la clase, creció mi pasión por servir a nuestros estudiantes y me dí cuenta de la importancia de contar con campeones de educación en todos los roles, no sólo la de estar en frente de la clase. No salí de la sala de clase, porque ya no me importaba; me fui porque sentí la responsabilidad de hacer más para tener más impacto en estudiantes en mi propia comunidad y sabía que sólo podía hacer esto fuera de ese papel. Fue mi experiencia con TFA que me llevó a postularse para la mesa directiva a una temprana edad. Fueron mis colegas de TFA que me enseñaron a luchar por nuestros estudiantes como si fueran de mi propia familia y que me inspiraron a siempre buscar tener un asiento en la mesa, ya que siempre llevaría la voz de una información privilegiada conmigo – la de un maestro.

TFA no es perfecto. Pero para socavar el impacto que muchos maestros de TFA han tenido en sus estudiantes, en sus escuelas, en sus comunidades y en el sistema educativo general, es injusto. Tal vez veo TFA de la misma manera que veo a mi hermana: Yo sé que no es perfecta, pero sé que tiene buenas intenciones, por lo que a veces me pongo a la defensiva cuando otros la critican sin reconocer su trabajo y sus esfuerzos para ser una mejor versión de sí misma todos los días.

En los últimos años, TFA ha cambiado su reclutamiento.La organización es más intencional sobre la diversificación de la gente que recluta y sobre la participación de sus maestros para crear oportunidades para ellos dentro y fuera de la clase. La organización también ha sido más reflexiva acerca de las ubicaciones de maestros y de sus asociaciones. Sí, todavía hay mucho trabajo por hacer, pero en lugar de ver a TFA como el enemigo, debemos verlo como un posible asociado.

La visión de TFA es que “un día, todos los niños de este país tendrán la oportunidad de alcanzar una educación excelente.” No estaría usted de acuerdo en que muchos de nosotros compartimos la misma visión para nuestros estudiantes? Es hora de que cambiemos la narrativa que muchos críticos han creado hacia Teach For America. La organización está ocupada tratando de reestructurar y convertirse en la mejor versión de sí misma, por lo que depende de nosotros para arrojar luz sobre el gran trabajo que ha realizado, como el inspirar a muchos de nosotros a ser líderes dentro y fuera de la clase como una forma de ser parte de algo más grande que nosotros mismos.

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Alma Renteria

Alma-Delia Renteria is a proud product of Lynwood schools. After graduating UC Riverside, with a B.A. in English and a year earlier than anticipated, she decided to commit her “gap year” to City Year. After City Year Los Angeles, Alma went on to purse a teaching career with Teach For America Los Angeles. Upon joining TFA, Alma began her education career as a middle school teacher. It was while teaching that she realized the need to do her part to help serve the community she grew up in and decided to run for office, getting elected to the Lynwood School Board at only 23 years old. Alma completed her first Master’s degree in Urban Education at Loyola Marymount University and a 2nd Masters in Educational Leadership along with her Admin Credential at Concordia University. She was appointed by the Speaker to the Instructional Quality Commission and re-elected to the Lynwood School Board in 2018. She currently serves as the Principal at a local elementary school in Pico Rivera, where she hopes to demonstrate that magic is possible when thee right people are given opportunities to lead.

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