Música del Alma

Cuando estaba embarazada, recomendaban que hablara con mi vientre, y escuchara música lo más posible, ya que puede servir para calmar y relajar a su bebé. Un estudio de 2016 en el Instituto de Cerebro y Creatividad de la Universidad del Sur de California, encontró que las experiencias musicales en la infancia realmente pueden acelerar el desarrollo del cerebro, particularmente en las áreas de adquisición del lenguaje y habilidades de lectura. De acuerdo con la Asociación Nacional de la Fundación de Comerciantes de Música (Fundación NAMM), aprender a tocar un instrumento puede mejorar el aprendizaje matemático e incluso, aumentar las puntuaciones del SAT.

Yo no crecí tocando un instrumento, así que no tengo experiencia de primera mano sobre los beneficios de tocar un instrumento, pero sé que la música puede ser calmante, curativa y una manera de volver a conectar con la cultura. El Jueves 28 de Julio marcó la conclusión de un campamento de verano de Mariachi de tres semanas de duración en mi alma mater, Lawrence Cook Middle School. Cook Middle School está ubicada en el corazón de Santa Rosa, California, que está mayoritariamente poblado de Latinos. En este distrito, por lo menos el 45% de los estudiantes son Latinos. Sin embargo, este año, el campamento de Mariachi se ha expandido a otras tres escuelas, incluyendo Cloverdale, California, donde la población Latina, ha aumentado rápidamente.

Los estudiantes que participaron en el campamento fueron entre las edades de nueve- diecisiete, entrando de grados 4- 11. A cada estudiante se le proporcionó un instrumento sin costo alguno.  Asistieron al campamento durante tres semanas, de Lunes a Viernes de 8:30 am a 1:30 pm, de nuevo sin costo alguno. Ellos tuvieron que solicitar al campamento. No son todos Latinos, pero cerca del 80% son de ascendencia Mexicana. El campamento concluyó con una recepción y realización en el Centro Luther Burbank en Santa Rosa.

El primer año en que se desarrolló este programa fue en 2015. Al mismo tiempo, un programa de arte, que aún existe hoy, se desarrolló gracias a María de los Ángeles, por lo que la recepción fue una combinación de música y arte, los participantes siendo los artistas y los músicos. El campamento de Mariachi en Santa Rosa es considerado el primero de su tipo, y el único campamento que enseña mariachi a niños y adultos jóvenes. Al igual que el programa de arte, el campo de Mariachi vino a ser debido a la falta de acceso y asequibilidad a las clases de música para niños y adultos jóvenes en este barrio.

Cuando yo estaba creciendo, asistir a un campamento, no era una opción asequible. José Soto, el fundador y director del programa, sintió lo mismo, agregando que estos estudiantes merecen tener algo tan maravilloso, accesible para ellos. José es un estudiante en la Universidad Estatal de Sonoma, en el departamento de música, así como un músico y cantante de Mariachi. Su familia es de Guadalajara, Jalisco. José dirige el programa y es también un maestro, pero también tiene el apoyo de otros miembros de Mariachi Barragan, el grupo con el que actúa los fines de semana. Otro miembro que obtuvo una pasantía es Sara Flores, una alumna reciente del departamento de música de Sonoma State University, quien está planeando ser una profesora de música. Sara también es una ex becaria de McNair que realizó investigaciones sobre la participación de los estudiantes en el campamento. Como su consejera en el programa de McNair, compartí con ella, esta oportunidad de practicar en el campo y para mi sorpresa Luther Burbank Center, había abierto puestos para pasantes remunerados y ella fue una de las primeras en ser seleccionada para ser parte de ella. Ambos estuvimos extasiados por esta oportunidad. Más que nada, porque mientras ella es un músico entrenado, al igual que José, ambos entienden el valor de la enseñanza y llevar este tipo de formación musical a los estudiantes.

El campamento de Mariachi en Santa Rosa, no es el típico campamento musical, es música con alma, el alma de México. Los estudiantes aprenden a tocar el guitarrón -la gran guitarra baja que es una marca registrada de la música mariachi- a canciones en español que son familiares a sus propias familias y los conecta a un lugar que muchos de ellos tal vez no conocen personalmente. El primer año de este campo, llevé a mi hijo y le encantó la música, bailó cada canción que tocaron ese día. Los estudiantes aprenden un total de cinco baladas, entre ellas “De Colores”, “Cielito Lindo” y “La Cucaracha”. Fue una hermosa vista ver y escuchar a todos estos estudiantes tocando y cantando música con corazón, que nos recuerda de nuestro patrimonio. Espero que este campamento siga en existencia para que mi hijo participe. Tiene un tremendo valor y reconoce la riqueza de la cultura Mexicana.

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Mariana Martinez

Mariana G. Martinez, PhD, is the eldest of three and the first in her family to earn a high school diploma and a higher education. She was raised by immigrant parents that encouraged her to get an education so that one day she could work as a secretary and not in a physically laboring job like the fields. Mariana has been an advocate in the field of education for almost 2 decades. Her love and passion in education began as Senior in high school interning at a local elementary school. Currently Mariana is the Research Coordinator for the McNair Scholar Program, a federally funded program that serves first generation and historically low income students pursue the next of their educational goals, at Sonoma State University. She is also a Lecturer in the Chican@ and Latin@ Studies Department.

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