Hace un par de semanas, tuve la oportunidad de ir a un viaje, que solo se presentaría, una vez en la vida con mi hermano pequeño, Eduardo. Eduardo, el bebé de nuestra familia, está en su último año de preparatoria y oficialmente el último “Rentería” para ir a la universidad. Dada la diferencia de edad de diez años entre él y yo, él tuvo la suerte de crecer con el tema de la universidad siendo un tema popular en la mesa de la cena. Él experimentó dejándome en la universidad hace nueve años, y después lo experimentó otra vez, dejando a mi hermana hace dos años. Sin embargo, hace unos meses, cuando hablábamos de las solicitudes de la universidad, me enfrenté a una dura realidad: mi hermano pequeño, el chico tranquilo e inteligente, fascinado por STEM tenía muy poca exposición a universidades fuera de UCR, la universidad a la que mi hermana y yo asistimos. Fue entonces, cuando lo hice una prioridad, darle la oportunidad de realizar sus opciones.
Mientras planeaba nuestro viaje de tres días por California, que nos permitiría visitar cinco campus con programas de ingeniería extraordinarios, me sentí resentido de no haber tomado el tiempo para sacarlo a explorar, más universidades antes. La cosa es que, incluso, cuando la universidad era un “dado”, mi familia dio por sentado que mientras él estaba en la escuela, trabajando duro, pensando que si se desempeñaba bien académicamente y se involucraba en suficientes actividades extra-curriculares, lo lograría. Pero todavía no sería suficiente. La realidad es que estudiantes como Eduardo, no pueden imaginarse en lugares en los que nunca han estado. Mientras que UCR me proporcionó una experiencia universitaria increíble, puedo reconocer ahora, que me pude haber limitado a mí mismo, por no mirar a las escuelas de arte liberal y tal vez incluso las escuelas fuera del estado. Mi hermana tomó una ruta similar, al matricularse también en la universidad con la que se sentía más familiar. Mientras si se considera “éxito” para nosotros el habernos graduado de la escuela preparatoria e inmediatamente inscribiéndonos en una universidad de cuatro años, ¿es realmente un éxito conformarse? Tal vez esa sea una pregunta retórica, pero una cosa que sé con seguridad es que quiero que mi hermano tenga opciones para que dentro de unos años no se arrepienta de haberse limitado, en lo que se siente cómodo.
Eduardo me recuerda que tengo una responsabilidad personal de abrir puertas de oportunidad para asegurar que otros estudiantes como él puedan darse cuenta de que tienen opciones. Sí, tenemos la suerte de estar rodeados de una variedad de universidades locales que son accesibles a distancia, pero teniendo en cuenta las infinitas oportunidades disponibles, es importante demostrarles a nuestros estudiantes que hay más fuera de su zona de confort. Con numerosas universidades trabajando para hacer que sus programas sean más accesibles para los estudiantes de primera generación, así como asignando recursos adicionales a los estudiantes que más lo necesitan, es fundamental que guiemos a nuestros estudiantes a mirar a las escuelas que quizás no estaban en su lista inicial de colegios.
Incluso con las organizaciones sin fines de lucro y los programas de TRIO trabajando arduamente para crear, más vías de oportunidades para nuestros estudiantes de primera generación, de bajos ingresos, el trabajo no puede detenerse allí. Nosotros, como familia, debemos hacer la universidad un asunto de familia.
Como mi hermano señaló, mientras caminábamos por el patio principal de Stanford:
“Mira a ese chico tocando la guitarra, él solo está relajado disfrutando de este lugar … Apuesto a que va a aplicar aquí, sin siquiera pensarlo dos veces si pertenece.”
Tenemos que mostrar a nuestros hijos que pertenecen en espacios como Stanford, porque la verdad es que no pueden realizar todo su potencial, si no se les da la oportunidad de hacerlo. Así, que, le insto, a hacer viajes de exploración a la universidad, una parte de sus viajes familiares. Juntos, podemos trabajar para asegurar que más de nuestros estudiantes apliquen a universidades fuera de su zona de confort, sin siquiera cuestionarse si pueden hacerlo.