Mi mente estaba nublada con pensamientos de las clases que iba a tomar, de la gente que iba a conocer, y de cómo, ahora tendría que ser un adulto. Sabía que la universidad iba a ser difícil. Asumí que lo más difícil serían las clases que estaba tomando y estar lejos de casa. Sin embargo, estaba equivocada.
Lo más difícil para mí en la universidad fue amarme a mí misma. Suena cliché y algo cursi. Pero, en serio, amarte a ti mismo en la universidad es difícil. Déjame explicarte:
¿Sabes cuando la gente dice que debes amarte a ti mismo antes de amar a alguien más? Bueno, creo que significaban que deberías de amarte a ti mismo antes de ir a la universidad. Con toda seriedad, amarse a uno mismo es duro en la universidad. Necesitas amarte lo suficiente como para:
- No compararte con los demás.
Habrá personas hermosas e inteligentes (si, las personas pueden ser las dos cosas) en la universidad. Por lo tanto, debes recordar que tú mismo posees rasgos físicos y académicos que te hacen único y especial, por lo tanto, te amas a ti mismo.
- No dejar que un grado te defina.
He bombardeado exámenes y papeles sólo para recordarme que esta es una experiencia de aprendizaje y que podría hacerlo mejor la próxima vez.
- Cuidar de su bienestar.
Esto es vital cuando está decidiendo entre el sueño o pasar toda la noche estudiando. Ámese a sí mismo, y váyase a dormir.
- Recompensante a sí mismo.
Sí, habrá momentos en los que te dolerá comprarte un bocadillo o una pizza entera porque no tienes dinero. Pero, si sabes que has estado trabajando mucho y duro, entonces creo que deberías hacerlo.
- Comprender tus capacidades.
Te unirás a los clubes, en programas, aceptarás puestos de trabajo, y te sentirás abrumado. Sin embargo, deberías decidir a qué te gustaría dedicarle la mayor parte de tu tiempo, y optar, por participar en las cosas que significan más para ti.
- No internalizar las jerarquías sociales.
Tu puedes ser el único estudiante de color, o mujer en una clase. Tus compañeros y profesores pueden tratarte de manera diferente. Sin embargo, tienes que recordar que existir en lugares como estos es importante y que tu tienes mucho qué traer a la mesa (tal vez más que los que te rodean).
- Abogar por tí mismo.
Esto puede ser, hablando con tu profesor, si estás teniendo problemas en una clase o abogando por las identidades que tú encarnas.
- Dejar una clase o tomar pase / un fallo.
Esto es difícil. Pensé que si fallaba una clase o dejaba una, probaría a todos que no pertenecía aquí. Sin embargo, mirando hacia atrás, creo que si hubiera dejado una clase o tomado un pase / un fallo, hubiera tenido un trimestre mejor.
- No cuestionar tu existencia en estos espacio
Luchar contra la “culpa del sobreviviente” y entender que tu presencia en estos espacios es en cierto modo un servicio a tu comunidad y a la juventud que no fueron capaces de llegar a la universidad.
10. Cambiar tu especialidad.
Aunque le hayas dicho a tu Abuelita que querías ser médico, siempre debes perseguir tus pasiones. ¡Si encuentras algo que se alinea con tus pasiones, ¡adelante! A la única persona que decepcionarás si no cambias tu especialidad es a ti mismo.
Quisiera recalcar que no hay algoritmo para amarse a sí mismo. Creo que aprendes cómo hacer esto, conforme vayan pasando los años, en el colegio. La belleza de muchas de estas dificultades es que pueden enseñarte cómo amarte a tí mismo, y a cambio ayudarte a abogar, cuidar, apreciar, abrazar, aceptar y, en general sentirte sano sobre tí mismo. Todavía tengo que sentirme saludable, pero todavía, estoy aprendiendo a quererme a mí misma.