No Nomas Me Conformé Con Ser “Maestra”

No es ningún secreto que los maestros en los Estados Unidos están mal pagados son uno de los trabajos más duros disponibles, si no el más difícil. Recuerdo haberle dicho a mis compañeros en la Universidad de California en Berkeley que iba a seguir una carrera en la enseñanza después de mi graduación y lo que escuche fueron respuestas como: “¿en serio? ¿Seguro?” Incluso tuve un ‘Eres demasiado inteligente para eso’ y recibí sugerencias para proseguir en la facultad de derecho y otras carreras que se consideran con más prestigio para muchos.  Este modo de pensar es causado por el estado actual de salarios de los maestros, la carga de trabajo que viene con él y el costo de vida.  Es muy difícil sobrevivir con un sueldo de maestro.

No me conformo con enseñar; el poder enseñar se ha convertido en mi vida y mi pasión. No hay una carrera que sea a la misma vez tan desafiante y gratificante cómo el poder estar con los estudiantes durante ocho horas o más al día.  Cuando un estudiante se esfuerza en un tema  difícil y tiene éxito, su energía alimenta mi deseo de seguir haciendo este trabajo. El poder enseñar no es algo que hago por obligación de 8:00 AM a 5:00 PM, el enseñar es mi vida. Los estudiantes merecen maestros con esta pasión y el deseo de estar en el aula, no maestros que están ahí para llenar una posición y sentarse detrás de un escritorio.

Sin embargo, los salarios de maestros en los Estados Unidos son desconcertantes y cada vez más y más maestros no pueden permitirse el lujo de vivir donde ellos enseñan.  Con el fin de sobrevivir económicamente, muchos profesores tienen que convertirse en directores o pasar a otras formas de administración de la escuela para poder ganar salarios más altos y tener una vida justa.

Esta es la realidad que enfrenta actualmente los Estados Unidos y hasta que esta realidad empieza a cambiar y profesores comiencen a recibir el apoyo necesario para su éxito en el las aulas y fuera de ellas,es que seguirá existiendo una alta rotación de maestros. La rotación es la misma que perjudica a nuestros estudiantes en su éxito académico. Los estudiantes se han estado acostumbrando a que los maestros “dejen” sus escuelas. Los maestros que no se quedan en una escuela por mucho tiempo se ha convertido en algo normal para nuestros estudiantes.

Al final del último año escolar, los estudiantes caminaba por los pasillos preguntando: “¿Te vas?¿ Vas a volver el año que viene?” Los estudiantes están acostumbrados a tener nuevos maestros cada año escolar.

Al comenzar mi compromiso de dos años como miembro del Cuerpo de TFA, sé que no estoy usando mi tiempo en el aula como un trampolín para otra cosa. Nuestros estudiantes merecen calidad y educadores dedicados que los vean mejor que un escalón más para otra cosa. La vida real de los estudiantes se ven afectadas por los maestros todos los días, no podemos seguir viendo la enseñanza como un trampolín para algo más grande. Es hora de que comencemos a valorar nuestro trabajo y se nos pague lo justo, para así podamos seguir  creciendo en la profesión.

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Daniela Felix

Daniela is a first generation college student who is heavily involved in education in her home district, West Contra Costa Unified. After becoming a mother at a young age, Daniela’s passion for education justice only intensified and she began to fight for an equitable education for all children, regardless of background or zip code. Daniela played a key role in organizing parents with the California Charter Schools Association and is a firm believer in school choice for all families. She is currently a Lead Organizer with Students for Education Reform, organizing college students around education justice issues in her home district. She was recently accepted into Teach for America and plans to continue impacting the lives of children in her hometown of Richmond, CA as a high school social studies teacher. Daniela is a UC Berkeley senior pursuing her B.A. in Legal Studies and Education along with her 4 year old daughter and husband. Daniela is a firm believer in that every single child is capable of meeting high expectations if given the correct support. Daniela hopes to be a provider of that support.

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