Algunos críticos norteamericanos han sugerido que la película Coco es linda pero tal vez no la mejor del estudio Pixar. Pero para mí, Coco fue un relato profundamente personal que provocó a cada una de mis emociones y ha destronado a Wall-e como mi película favorita de Pixar. Muchísimos elementos de la cinta capturaron nuestra cultura de forma excelente. Me quedé impresionada y lamento no haber tenido un cuaderno y una pluma a la mano para anotar todas mis reacciones en detalle. Aquí es lo que hizo Coco tan personal, lo que se destacó, y lo que aprendí. Cuidado: spoilers leves por delante y uno grande al final.
Mi Propia Coco
Que suerte la mia haber podido ver Coco con mi propia Coco. Solo los más cercanos a mi mamá la han llamado Coco desde pequeña. !Y ni se llama Socorro! Según mi mamá, mi abuelo pidió que la nombraran Socorro. Y como a mi abuela nadie le decía que hacer, ella le puso como le dio la gana. A el le dio igual y le puso Coco de apodo. Todos le siguieron la corriente incluyendo mi papá, quien vivía en la misma cuadra. Cuando mis hijas eran más chicas, le siguieron el ejemplo a su abuelo y le gritaban “!Cocooo!” cuando la necesitaban. Hoy, le dicen Mama Coco (sin acento en la a) al saludarla y le dicen Mi Coco cuando platican de ella. Espero que ellas tengan la oportunidad de ver a su Coco llegar a la vejez así como la Mamá Coco de la pelicula.
Los Zapateros
Mis papás son de León, Guanajuato, una ciudad conocida por la industria del calzado y por la tradición artesanal de piel que se ha transmitido de generación en generación. Se han erigido estatuas y escrito canciones en honor del zapatero. Y, al igual que los Rivera, todo mundo en León tiene un zapatero/a en la familia. Como Mamá Imelda, mi abuela fue una madre soltera que crió once hijos con su salario de zapatera. Algunos de sus hijos ganaron su primer sueldo en una fábrica de zapatos, mientras que otros se ganaron la vida en la industria.
La Chancla
Que gusto ver que Pixar le dedicó una escena a la poderosa chancla! La manera en la cual la Abuelita se quita la chancla del pie sin perder el equilibrio, amenaza a un señor, se la avienta precisamente a un perro, y luego le ordena a su nieto que se la recupere, es comedia al cien.
La Guitarra
Los ilustradores de Coco se esmeraron en los detalles y uno de mis favoritos fue la guitarra de Miguel. Este niño inteligente y ocurrente construyó su propia guitarra, usando clavos en lugar de trastes y dibujando a mano el mismo diseño intrincado de la guitarra de su ídolo. La guitarra es un símbolo del ingenio mexicano – aquellas mexicanadas de las que tan a menudo bromeamos, pero son un claro ejemplo de cómo a nuestra gente siempre se le ocurre la solución a todo problema.
El Mundo de los Muertos
La verdad es que yo no creo en el cielo o el infierno y mis padres inmigrantes hasta hace poco comenzaron a observar el Dia de Muertos. Es por ello que este concepto del mundo de los muertos es relativamente nuevo para mi. Sin embargo, la idea de que nuestros seres queridos pasan “al otro lado,” donde nuestras memorias sirven como su línea de vida y determinan su nivel de comodidad, es uno que sin duda puedo adoptar y enseñarles a mis hijas. No hay necesidad de dogmas religiosos o preguntas complicadas y sin respuesta acerca de la muerte y el más allá. La simple idea de que nuestros seres queridos fallecidos seguirán viviendo mientras los recordemos es suficiente para mí.
Los Cameos
Todo mexicano reconoció a Ernesto de la Cruz como un sustituto de Pedro Infante. Pero de repente apareció el mismísimo Pedro Infante, en forma de calaca, !junto a Jorge Negrete! !Que emoción! Por supuesto que estarían allí junto con Frida Kahlo, Cantinflas, y El Santo. Y Frida sigue haciendo arte que solo ella entiende. ¿Dónde estaba Diego Rivera?
La Banda Sonora
Que refrescante escuchar una banda sonora que evita las maracas estereotipadas o selecciones musicales cliché (por el amor de Dios, ya no toquen el Jarabe Tapatío cada vez que introduzcan escenas de plazas mexicanas polvorientas). La canción estelar de la película, Recuérdame, adquiere diversas estilos a lo largo del relato pero a mi me sonó como un precioso bolero – de esos que siempre me dan justo en el corazón. Un Poco Loco me dio las mismas ganas de zapatear que me dan cuando escucho un son jarocho. Y, con su exquisita abertura con marimba, Cruzando el Puente de Cempazuchitl, hizo que mi corazón estallara de orgullo.
Gran spoiler a continuación. No lea mas si no ha visto la película.
El Puente
El punto de cruce entre este mundo y el mundo de los muertos, sus personajes, y sus procedimientos, nos dan algunas de las escenas más fascinantes de la película. Pero para aquellos de nosotros que nos ha tocado cruzar “la línea,” las similaridades con la política de inmigración que mantiene a nuestras familias separadas entre aquí y el otro lado fueron obvias. Hay un momento, al final de la película, que no entiendo como pudieron ilustrar de manera tan precisa. Cuando a Héctor finalmente le dan permiso de visitar este mundo, él procede con incredulidad, pisa el puente de cempazuchitl, y toma una breve pausa para asegurarse de que esto sí está realmente sucediendo. Yo he vivido ese momento y lo he visto varias veces más. Es el mismo momento que se vive cuando finalmente puedes cruzar la frontera, con papeles en la mano, y te aguantas la respiración hasta que sabes que ya no estás en peligro de que te detengan.
Si no ha visto Coco, le recomiendo que la mire pronto. Veala en inglés y en español. Y lleve a sus hijos, nietos, hermanos, y comadres. Y luego compre el BluRay o DVD y repita la experiencia cada noviembre. Es, sin duda, así de especial.