Hace poco más de 17 años, UNICEF definió una educación de calidad, como “Estudiantes saludables bien alimentados, y listos para participar y aprender, y apoyados en el aprendizaje por sus familias y comunidades; Ambientes que son saludables, seguros, protectores y sensibles al género, y proporcionan recursos e instalaciones adecuados; Contenido que se refleja en los planes de estudio y materiales para la adquisición de habilidades básicas, especialmente, en las áreas de lectura, aritmética y habilidades para la vida, y conocimiento en áreas tales como el género, la salud, la nutrición, la prevención del VIH / SIDA y paz. Procesos a través de los cuales los docentes capacitados utilizan enfoques de enseñanza centrados en el niño, en aulas y escuelas bien administradas, y una evaluación hábil, para facilitar el aprendizaje, y reducir las disparidades. Resultados que abarcan conocimientos, habilidades y actitudes, y están vinculados a los objetivos nacionales para la educación y participación positiva en la sociedad”.
A principios de este año, mi hija comenzó su carrera académica K-12. Mientras mi esposa y yo, pensamos en las posibles de escuelas a las que nuestra hija podría asistir, mantuvimos un estándar único: queriamos una escuela, que ofreciera educación de calidad. Este estándar, por supuesto, tenía que ser definido por mi esposa y por mí, y al hacerlo, consideramos las fortalezas de nuestra hija, tanto social, como académicamente. Sabíamos que queríamos una escuela que enfatizara las artes, ya que, a nuestra hija le encanta la música y la pintura. Sabíamos que queríamos una escuela con un cuerpo estudiantil diverso; no sólo niños blancos, sino también niños del color — queriamos un cuerpo estudiantil, verdaderamente diverso. Queríamos una escuela que ofreciera lecciones sobre justicia social, y liderazgo comunitario con un plan de estudios que conciliara el contenido académico con las aplicaciones de la vida real. Desafortunadamente, no encontramos muchas de estas escuelas.
Existen excelentes escuelas en el Área de la Bahía, que brindan educación de calidad de acuerdo con nuestra definición, especialmente, en la ciudad de Oakland y sus alrededores. Sin embargo, estas escuelas son en su mayoría escuelas charter, y están lejos y pocas. La mayoría de las escuelas del distrito, no han llegado a un punto de incomodidad suficiente con su plan de estudios como para recrear su cultura y lecciones en el aula. La mayoría de las escuelas del distrito continúan teniendo un bajo rendimiento general de alfabetización, y las artes se han visto eclipsadas por el creciente enfoque en STEM.
Mi esposa y yo desearíamos que pudiéramos tener la oportunidad de considerar las escuelas para nuestra hija, tanto en las redes de charter como en los niveles del distrito, pero, simplemente no tenemos esa opción. Nos vemos obligados a buscar en charters para cumplir con los puntos fuertes de nuestra hija, porque las escuelas de nuestro distrito simplemente no cumplen con nuestra definición de una educación de calidad. Hay un nivel de subjetividad para mi reclamo: una educación de calidad para mi hija, puede ser diferente, de la de un estudiante, cuyas fortalezas se encuentran en el campo de STEM. La realidad subyacente es que la educación de calidad debe ser ofrecida a todos los estudiantes, independientemente de sus fortalezas individuales. Todas las escuelas deben esforzarse por cumplir con los estándares de calidad, para todos los estudiantes, en todos los niveles.
Después de casi dos décadas, la mayor parte de la definición de UNICEF, no se ha cumplido en su totalidad por nuestro sistema educativo. Vemos una escuela aquí y allá, moviéndose hacia la creación de una imagen que refleje verdaderamente la comunidad que enseñan, pero nuestro sistema educativo fracasa en sus intentos generales. Mi esposa y yo, queremos ver que, tanto las escuelas charter como las del distrito crean “currículos relevantes” que aborden los problemas sociales actuales, como el racismo sistémico, las disparidades económicas, los problemas de salud y la discriminación por edad y género. También queremos ver “métodos de enseñanza centrados en los niños” que inspiren a mi hija a aumentar sus fortalezas actuales, en lugar de conformarse con nuestra siempre cambiante economía basada en la tecnología para poder sobrevivir en este país. Todos podemos ver estos cambios si hablamos, y les hacemos saber a nuestros educadores, que demandamos educación de calidad, en todos los niveles, en todo momento.