Ayer fue el Día Internacional de la Mujer, y quería resaltar y compartir cuatro de las lecciones más importantes, que algunas de las mujeres feroces de mi vida, me han enseñado a lo largo de los años, con la esperanza de que ellas también las inspiren a continuar siendo las chingonas que nuestras comunidades merecen.
- Mi Abuelita: Una de las mujeres más generosas y amorosas que conozco. Al criar a doce niños para convertirlos en adultos maravillosos y comprensivos, ella me enseñó la importancia de la familia. Mientras que ella siempre fue la primera en admitir, que ninguno de nosotros era perfecto y que a veces mis tíos podían estar un poco fuera de control, al final del día, la unidad familiar era todo y teníamos que amarnos, sin importar nuestras diferencias. En esencia, al crecer en una familia tan grande con abuelita como la matriarca, he crecido a creer, en el poder de las mujeres para mantener a las familias fuertes y unidas, y la belleza que se deriva de tener a una mujer como la mera mera, de la casa.
- Mi Mamá: Mi madre es única. Ella es elegante, y atrevida a la vez, pero en todo lo que me ha enseñado, la lección más cercana y querida en mi corazón, es la de desinterés. Mi madre fue a la universidad en México y se convirtió en Enfermera Registrada (RN) antes de emigrar a los Estados Unidos. Es una gran defensora de la educación, y tenía sus propios sueños y aspiraciones como RN. Sin embargo, una vez que llegó aquí, comenzó una familia con mi padre, y centró su mundo en mí. Después de tener a mis hermanos y vernos a todos que éramos lo suficientemente mayores, como para cuidar de nosotros mismos, ella decidió volver a la escuela y también consiguió un trabajo. Aún así, al seguir sus sueños, ella siempre nos hizo una prioridad, tomando el turno de noche y encontrando maneras de hacer las tareas en un momento en que no interfería estar con nosotros. Hasta el día de hoy, mamá todavía nos hace una prioridad y, aunque me quejo de que yo deseo que ella pensara más en sí misma, y menos en nosotros, nunca podré agradecerle completamente por enseñarme que amar, a alguien profundamente, hace que ser desinteresado, sea menos un sacrificio, y más un acto de amor.
- Mi hermana, Mariela: Ella es un reflejo completo de mí, sin dejar de ser todo lo contrario. Mariela vino a mi vida para enseñarme a compartir desde el primer día. Ella me enseñó paciencia y, a menudo me empujó a mis límites, solo para enseñarme una vez más a amar incondicionalmente. Pero en todo lo que Mariela se ha convertido a lo largo de los años, la lección más hermosa que me ha enseñado, es aceptar quién soy. Ella no tiene miedo de decir lo que piensa y es implacable en la búsqueda de sus objetivos, ambas cualidades que aspiro a poseer algún día. Ella baila al ritmo de su propia música, y no permite que nadie imponga quién debe ser, ni en quién debe convertirse. ¿Quién sabía, que una hermana pequeña podría empujarme a querer ser una mejor persona, solo para poder servir, como un modelo a seguir más fuerte?
- Mis comadres (¡sí, todas ustedes!): Me han enseñado que las mujeres empoderadas, empoderan a otras mujeres y, que al elevarse unas a otras, todas podemos elevarnos más alto. Me han enseñado que hay belleza en la hermandad y que los logros y los fracasos de uno, nunca deben vivirse solos y más bien, en compañía de otras mujeres que te animarán y comprenderán que nuestras experiencias son parte de nuestro legado.
Hoy y siempre, gracias a las mujeres que son valientes y eligen amar y ser amables con el mundo, a pesar de todos los desafíos que se nos presentan. Te celebro a ti, todos los días. Mi esperanza es que algún día, el Día Internacional de la Mujer, se convierta en una cosa del pasado porque finalmente, tendremos los mismos asientos en la mesa y la paridad de género.
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Alma Renteria
Alma-Delia Renteria is a proud product of Lynwood schools. After graduating UC Riverside, with a B.A. in English and a year earlier than anticipated, she decided to commit her “gap year” to City Year. After City Year Los Angeles, Alma went on to purse a teaching career with Teach For America Los Angeles. Upon joining TFA, Alma began her education career as a middle school teacher. It was while teaching that she realized the need to do her part to help serve the community she grew up in and decided to run for office, getting elected to the Lynwood School Board at only 23 years old. Alma completed her first Master’s degree in Urban Education at Loyola Marymount University and a 2nd Masters in Educational Leadership along with her Admin Credential at Concordia University. She was appointed by the Speaker to the Instructional Quality Commission and re-elected to the Lynwood School Board in 2018. She currently serves as the Principal at a local elementary school in Pico Rivera, where she hopes to demonstrate that magic is possible when thee right people are given opportunities to lead.