Mi nombre es Heriberto Soto. Soy de México y solo fui a la escuela hasta segundo grado de primaria. La educación y la justicia social son muy importantes para mí, aunque yo sólo fui a la escuela durante muy poco tiempo. Mi padre era un ranchero de Michoacán y fue a la escuela durante pocos meses y luego se dedicó a trabajar toda su vida. Él era un hombre humilde, pero él estaba adelantado a este tiempo.
Un día, mi padre tuvo que ir a la Ciudad de México ha presentar unos papeles. Hizo el viaje de 200 millas con sus huaraches y ropa de trabajo. Pero cuando llegó, los funcionarios no quisieron verlo. ¿Tal vez usted se preguntará porqué? Porque parecía un campesino.
Mi padre regreso a casa y le escribió una carta al entonces Presidente de México, José López Portillo explicando la injusticia que enfrentó y le pidió ayuda. No mucho tiempo después, una carta de recomendación firmada por el propio presidente llegó.
Con esa carta, mi padre era capaz de entrar a cualquier oficina en la Ciudad de México, con huaraches y todo. Pronto se convirtió en una voz de la justicia no sólo para nuestra familia sino para todo nuestro pueblo.
El que no vive para servir, no sirve para vivir. Sólo una vida vivida para los demás es una vida que vale la pena.
Había olvidado esa historia hasta años más tarde cuando mi hijo mayor estaba en cuarto grado, y me enfrente a un reto similar. Llegamos a San José para tener mejores oportunidades para nuestros hijos, pero mi hijo estaba luchando en la escuela. Sus maestros lo fueron pasando y así fuera problema de otro hasta que se quedó demasiado atrasado.
Estábamos en la tierra de las oportunidades, pero el futuro de mi hijo parecía oscuro. No era sólo él. Vi que ocurría lo mismo en toda mi comunidad y me acordé de mi padre.
Yo sabía que merecemos una escuela que nos trate con dignidad y respeto, una escuela que crea en nuestros hijos, que se asocia con los padres y nos apoye en la defensa de nuestra comunidad.
Mi hijo no tiene este tipo de apoyo en la escuela, pero gracias a las Escuelas Públicas de Rocketship,mi hija la hizo. Diana, que ahora se encuentra en la Academia preparatoria KIPP es una orgullo de Los Sueños Rocketeer. Me involucre en la educación de mi hija y la preparó para una gran escuela secundaria. Sé que su futuro es brillante porque tiene una base sólida.
No sólo Rocketship y KIPP ha preparado a mi hija, también me preparo a mi para luchar por mi comunidad. Me involucré en el programa de liderazgo de los padres en Rocketship, aprendí cómo organizar acciones, a estar seguro de que mi voz sea escuchada y a que funcionarios públicos rindan cuentas. Hasta el día de hoy, sigo luchando por las opciones de una educación de alta calidad en mi comunidad a pesar de que mi hija ya está asistiendo, en mi opinión, está es una de las mejores escuelas secundarias del lado Este de San José.
Para Grandes Problemas,Tienen Que haber Grandes Soluciones. Mi hijo mayor tuvo una experiencia injusta en la escuela. Pero a través de él, aprendí a ser mejor defensor de mis hijos y la comunidad.
Yo visualizo un futuro en el que mi comunidad ya no sea sobrerrepresentada en las cárceles y poco representada en las universidades. Yo visualizo un futuro en el que todos los niños de mi comunidad obtengan más diplomas de preparatoria. Visualizo un futuro de respeto, dignidad y oportunidad para todos.
Mi padre no pudo darme una educación, pero me dio mis valores y la pasión por la justicia social. Para mis hijos y mi comunidad, Yo quiero que tengan ambos.
Heriberto Soto
Heriberto has been a parent leader and advocate for KIPP Bay Area Schools (Knowledge is Power Program) and Rocketship Public Schools and actively advocates for high quality choice in East Side San Jose and other underserved communities where schools are not preparing students to learn and be successful citizens of the world.
He wants to make sure that his children and other children in his community are not limited to opportunities to compete with the fast paced technological world we live in. He truly believes both KIPP and Rocketship are doing just that, opening up opportunities to children in East Side San Jose that they otherwise wouldn’t be able to attain.
“Every child can learn, you just have to give them the opportunity to do so.”
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