“Oh, estarán bien, los niños son resistentes”. He escuchado esto muchas veces durante una mudanza, un divorcio, una situación de custodia, o, cualquier transición en la que los adultos quieren asegurarse de que los niños pueden soportar cualquier decisión, con tanta gracia, como sea posible que tomen los adultos. Sin embargo, algunas transiciones tienen un impacto duradero no solo en la vida de los niños, sino también en su educación.
Cuando era pequeña, amaba la escuela. Mi padrastro me sentaba en mi pequeño escritorio en casa, y escribía mi nombre una y otra vez hasta que estaba perfecto. Me daban pequeños listones por leer y hacer arte todos los años. Recuerdo que hice el rol de honor, y me llamaron al frente de la iglesia para aceptar mi premio, fue una sensación increíble. Mis pequeños listones todavía están situados en un álbum en la casa de mi madre en Richmond.
Asistí a la escuela primaria St. Anthony, y allí conocí a una mujer que cambiaría el rumbo de mi vida. Su nombre era Sra. Galway. Ella era una mujer fuerte y formidable de Irlanda. ¿Por qué siempre la imagino vestida de verde? Ella era mi maestra del séptimo grado. Un día, ella hizo algo que realmente me hizo cambiar, cómo me sentía, acerca de los maestros y la escuela durante casi dos décadas. Ella nos hizo ponernos de pie, y ella había dispuesto los escritorios en grupos de círculo, para que los estudiantes se enfrentarán entre sí. Habló en el salón de clases y en los grupos asignados, cuando llegó a esta mesa, dijo: “Este es el grupo tonto”, y me sentó en el con otros niños. Ahora, no tengo idea de lo que pensaron los otros niños sobre este pequeño arreglo de asientos, pero ahora yo estaba convencida de que oficialmente, estaba “desafiada matemáticamente”. Este fue también el momento en que dejé de preocuparme por la escuela y lo que pensaban los maestros. Los premios dejaron de llegar, y lo que comenzó como un comentario sobre las matemáticas, se convirtió en mi desafío personal.
Entonces, ¿cómo pasó una chica de los premios y el rol de honor al “grupo tonto”? Bueno, hubo el divorcio y la falta de estructura que esto causó en casa, al mudarnos de nuestro piso en Glen Park a un apartamento en Mission Street, mi madre regresó a la universidad y comenzó a salir a bailar, y comencé a criar a mi hermanita. Todos estos eventos tuvieron un impacto en mis académicos. La Sra. Galway, fue solo una de los muchos adultos que dejaron de prestar atención y no preguntaron por qué. Desde que tenía nueve años, hasta el momento en que mi hermana se hizo adolescente, se esperaba que yo criara a mi hermana. Yo planchaba su uniforme, compraba comida, limpiaba, cocinaba y la cuidaba.
Nadie preguntó acerca de la escuela, por lo que no ofrecí ninguna información. Después, mi madre me decía que yo era parte de un “equipo”. Éramos un equipo. Cuando le conté esta historia a mi hija de trece años, ella dijo: “Me parece que pertenecias a su equipo, pero nadie estaba en el tuyo”. No estoy resentida por esto, pero necesito compartir esto con usted, para darle una mejor comprensión de por qué, algunos niños no pueden tener éxito académicamente, durante ciertas circunstancias en sus vidas. No es por falta de inteligencia.
Años después, decidí no convertir este momento decisivo en mi educación, en el que determinaría mi inteligencia. En todo caso, fue la falta de rendición de cuentas por parte de un maestro y, una administración por un trabajo no bien hecho. Durante años, he visto a los padres darles a los maestros el beneficio de la duda. Hay ocasiones en que el maestro tiene razón, pero a veces, el niño tiene algo que decir, y vale la pena escucharlo. A veces hay circunstancias para un niño que impiden su capacidad para tener éxito en el aula. Alex Haley, documentó una conversación entre Malcolm X y su maestro, donde su maestro le dijo que se convirtiera en un conductor de trenes, y no un abogado debido a su raza. De hecho, un niño me contó mientras discutía el racismo en Estados Unidos, que su maestro le dijo (esto sucedió en 2013) que la razón por la cual los africanos se hicieron esclavos era “solo porque” se les consideraba animales. ¡¿Qué?! Esto todavía se estaba enseñando en 2013? Durante años, he pensado que los maestros deberían ser inspeccionados. Necesitamos evaluar, qué están aprendiendo los jóvenes, que se les enseña y, lo que es más importante, si se les empodera, inspira y anima a tener éxito.
Esto nos lleva a la idea de darles a los maestros revisiones de 360°, que, ya hace mucho tiempo que debían haberse hecho. Esto incluiría evaluaciones de otros profesores, sus supervisores, padres y comentarios anónimos de sus alumnos. Los niños evaluarían a sus propios maestros porque esta es una carrera donde las personas son de servicio para los jóvenes y el servicio que se brinda es de suma importancia, para el futuro de ese niño. Creo que a los maestros se les debería pagar lo que merecen, y este salario debe basarse tanto en el costo de la vida en el área donde viven y trabajan, además de tener en cuenta sus méritos. Esta es también una forma de alentar a las escuelas a hacer más, por sus buenos maestros. A los maestros como mi maestra de inglés, de la escuela preparatoria, la Sra. Carter, que hizo todo lo posible para entusiasmarnos con literatura. Gracias a ella, Cry, the Beloved Country y The Picture of Dorian Gray, se convirtieron en mis libros favoritos, y me enseñaron importantes lecciones de vida. Los maestros que vienen a trabajar entusiasmados por enseñar a la nueva generación de alumnos que algún día asumirán roles de liderazgo, deberían ser premiados y considerados por su escuela y su comunidad. Esta idea se trata de cultivar un ambiente que se sienta seguro para los niños, y, elevar el estándar para los maestros. Tengo una amiga que enseña arte, y ella está entusiasmada con el arte todos los días, lo que se traduce en niños entusiasmados con el arte y el aprendizaje. Mi hija tenía una gran maestra que era abogada, y enseñaba Historia europea de AP y estableció un alto nivel para sus alumnos. Ella inspiró el amor de mi hija por la historia europea.
El aprendizaje se trata de vivir su mejor vida. Este no es solo un tiempo en el que se sienta y sintoniza a la voz zumbona (la maestra de Charlie Brown) de alguien que no hace ninguna conexión con usted como individuo. La responsabilidad de los administradores de nuestra escuela es fomentar, el amor por el aprendizaje, a cualquier edad, y, asegurarse de que los maestros estén haciendo su parte, para que esto suceda.