Si conoces la película “The Shawshank Redemption,” recordarás que durante una escena memorable, Andy Dufresne y su amigo Red se imaginan sus vidas fuera de prisión. Andy menciona casualmente Zihuatanejo y Red recuerda el nombre de este pueblo costeño en un momento crítico. Bueno…
Desde el kinder hasta el segundo grado, tuve de maestra a alguien que hizo mucho más por mi que cualquier otro/a maestro/a desde entonces. Mrs. Monette Davis-Gray fue mi defensora y porrista. Les explicó el sistema educativo Americano a mis papás y de paso les enseño como luchar por los recursos que yo necesitaría. Con fin de motivarme y consentirme, ella me premiaba con visitas a la juguetería Toys R Us cuando sacaba alto puntaje en las pruebas académicas estatales. Asistía a mis fiestas de cumpleaños y a mi primera comunión y hasta llegó a cenar en mi casa. Pero más importante que nada, Mrs. Davis-Gray nutrió a mi curiosidad y, sin saber, me expuso a un mundo más allá de Huntington Park.
Como ejercicio de escritura, Mrs. Davis-Gray asintió a corresponder conmigo por medio de cartas durante las vacaciones escolares. Este acuerdo continuó aun después que ella dejara mi escuela por una más cercana a su casa en Chino. En una carta, ella me platico de un viaje que hizo por Cuernavaca, Puebla, y Huatulco. No recuerdo los detalles de esa carta o las demás pero siempre recordé Huatulco, justo así como Red se acordó de Zihuatanejo. Huatulco. Hasta la misma palabra era linda.
Como suele suceder, Mrs. Davis-Gray y yo perdimos contacto a principio de los ‘90s. Durante un evento profesional en 2006, me encontré con alguien que conocía a Mrs. Davis-Gray y me aviso que ella había fallecido años atrás. Llore al realizar que jamas tendria la oportunidad de agradecerle todo lo que hizo por mi y contarle mis acontecimientos.
Hace dos años, finalmente conocí Huatulco – la última parada en un recorrido que nos llevo a mi familia y a mi por el Bajío, Ciudad México, y Oaxaca. Y, cuando vi por primera vez ese paraíso casi intacto, pensé en Mrs. Davis-Gray y dirigí mi agradecimiento hacia el mar. Seguramente ella nadó en esas mismas aguas hace tantos años.