El panorama de la educación política en los Estados Unidos, está lleno de políticos que dicen entender, lo que realmente, necesitan los niños en las escuelas en todas partes. Las voces importantes que faltan en estas conversaciones siempre importantes, son las de los destinatarios de todas éstas decisiones que se toman, los estudiantes. Las organizaciones de reforma educativa en todo el país, están trabajando para combatir estas tendencias, y poner a los estudiantes en la vanguardia de estas conversaciones, como deberían ser.
Durante mi tiempo en la universidad, elegí involucrarme y eventualmente me convertí en el líder de un capítulo de Estudiantes para la Reforma de la Educación, conocido como Students for Education Reform (SFER). SFER me proporcionó la plataforma para hablar sobre asuntos que me importaban, y sobre la educación en mi comunidad. Como ex alumnos de las mismas escuelas que estábamos buscando mejorar, había experimentado éstas inequidades de primera mano. La diferencia y el impacto que creó SFER, fue proporcionarme la capacidad y la plataforma para hablar contra las inequidades y las injusticias y luchar para crear un cambio orientado a la acción. SFER, me proporcionó la capacitación que necesitaba para poder realizar cambios dentro de un panorama político diseñado para mantener el status quo. Este proceso me cambió la vida y me permitió orientar mis decisiones para ponerme en el centro del cambio por el que luchamos como organización.
Durante mi tiempo con SFER, se hizo evidente que mi distrito de West, Contra Costa, enfrentaba muchos problemas. Sin embargo, el más recurrente fue el hecho de que los maestros no se inscribían en números para venir a enseñar en nuestra comunidad. Además, los maestros que estaban aquí, salían de nuestro distrito con frecuencia y, en grandes cantidades. Estaba claro que la retención de maestros era un gran problema y, que había una necesidad de maestros eficientes y altamente calificados para servir a nuestros estudiantes. Casualmente, yo era parte de SFER durante el tiempo en la universidad cuando necesitaba tomar una decisión sobre lo que haría después de la graduación. Habiendo aprendido tanto sobre las desigualdades que enfrentan nuestros estudiantes, tomé la decisión de formar parte de la solución. Ese semestre, tomé la decisión de aplicar a Teach for America, y comencé el proceso de credencialización, para convertirme en maestra de inglés, en la preparatoria de Richmond.
Cuando las personas hablan negativamente sobre la reforma educativa, por lo general, se hace como un ataque general, contra quienes intentan mejorar la educación en todo el país. Las personas y las organizaciones están tomando diferentes enfoques para abordar el mismo problema de injusticia educativa, que ha existido mucho antes de que la reforma educativa se hiciera tan popular como lo es hoy.
En una entrevista reciente en PBS News Hour, John Merrow, el autor de “Addicted to Reform”, afirma una alternativa a nuestra visión actual sobre maestros y estudiantes al permitirles a nuestros niños crear, “el conocimiento, que es lo que ellos – y que en varias ocasiones hacen eso, van a estar listos para la vida en democracia. Estarán listos para ser trabajadores, para participar, ser buenos ciudadanos.” Esta no es la educación que recibí durante mi tiempo en la escuela de mi distrito. Esta realidad fallida resume la necesidad de una reforma educativa. La reforma de la educación cambió el camino que tomó mi vida, y me inspiró a tomar medidas contra las injusticias que tanto me apasionaban. Sin mis años de experiencia en reforma educativa, no habría comprendido la importancia de los maestros efectivos, y habría tomado la decisión de convertirme en uno yo misma.