El año escolar ha llegado a su fin; las paredes de las aulas permanecen desnudas, sus pisos manchados por la parte inferior de las huellas de zapatillas de nuestros estudiantes y, las luces de las aulas se apagan durante los próximos dos meses. Excepto, que esta descripción simplemente, no es verdad.
Aunque los maestros toman aproximadamente una semana de vacaciones al final del año escolar, la verdad es que la mayoría de los educadores continúan enseñando de alguna manera durante el verano. Ya sea a través de programas que permiten a los maestros trabajar en el extranjero o, en la escuela de verano, los educadores nunca se toman un descanso de la enseñanza. Después de todo, la educación no es un traje y una máscara que usamos en momentos específicos, como demuestran los superhéroes. El maestro en nosotros no es un alter ego que se esconde durante el verano. Somos educadores en todo momento, y en todo lo que nos esforzamos, nos esforzamos por buscar un uso efectivo de nuestra identidad como educadores.
Realmente disfruté celebrando a todos y cada uno de nuestros estudiantes que estaban en su último año de preparatoria en su graduación la semana pasada. Celebramos a estudiantes de Richmond, California, que asistirán a la Universidad de Yale, a la Universidad de Brown, a la Universidad de California en Berkeley, a UCLA, a USC, a la Universidad Estatal de Sonoma, a colegios comunitarios y enlistamiento en la Infantería de Marina. Todos éstos, son estudiantes pioneros que merecen ser reconocidos de todas las maneras posibles, pero el hecho es que, hay otro grupo de estudiantes que desafortunadamente, no pudieron caminar por el escenario porque no alcanzaron las unidades de curso necesarias. Como resultado, regresaré al campus de mi escuela preparatoria en un par de semanas, como maestro de escuela de verano.
Todos los estudiantes merecen la oportunidad de tener éxito. Esto incluye a estudiantes que podrían haber estado batallando con problemas de salud, circunstancias familiares, factores estresantes socioemocionales y cosas de este tipo el año pasado, que podrían haber jugado un papel en su graduación tardía. Regreso como maestro de inglés de la escuela de verano, porque quiero ver a éstos estudiantes caminar por el escenario tanto, como ellos quieren caminar por el escenario. Quiero que vivan a través de una experiencia positiva en la escuela de verano, una experiencia que servirá como la última para algunos de nuestros estudiantes en su último año de preparatoria. Por encima de todo, estoy volviendo al campus porque no puedo disfrutar de un mes de vacaciones, celebrando el final de un año escolar, sabiendo que hay algunos estudiantes que no terminaron su carrera en la escuela preparatoria; si ellos no han terminado, entonces yo no he terminado.
Aunque el año escolar ha llegado oficialmente a su fin, para muchos estudiantes, y las paredes de las aulas pueden quedar desprovistas del trabajo del año pasado; se barrerá el piso para que puedan llevar más impresiones de zapatillas, y las luces de la clase se encenderán durante el próximo mes mientras los estudiantes toman otra oportunidad en los cursos. Habrá cientos de miles de educadores viajando por todo el mundo para continuar practicando su oficio como educadores. Las vacaciones de verano son una oportunidad para que los educadores tengan un mayor impacto en nuestras ciudades, nuestros estados, nuestros países e incluso, nuestro mundo. La vida de un educador durante el verano, siempre consistirá en más enseñanza, y así es como nos gusta.