La escuela de verano plantea la pregunta: ¿los estudiantes aprenden efectivamente el material de un año, en un período de varias semanas? La respuesta es no. Es imposible enseñar el contenido de un año, en unas pocas semanas, eso es obvio. Entonces, ¿cuál es el objetivo de la escuela de verano?
Primero, la escuela de verano es una segunda oportunidad para que los estudiantes obtengan los créditos necesarios para graduarse e inscribirse en la universidad. Hay varias razones por las cuales, un estudiante puede fallar una clase durante el año. Podrían haber tenido una emergencia familiar, que los obligó a estar fuera de la escuela durante un período significativo de tiempo. Algunos estudiantes se ven obligados a trabajar durante el horario escolar, porque la necesidad de un cheque de pago al fin del mes, es más urgente, que la necesidad de un diploma de la escuela preparatoria para sus familias a corto plazo. Algunos estudiantes deben actuar como intermediarios para madres solteras o padres solteros, y no pueden asistir a la escuela porque están cuidando niños y, en algunos casos, están criando a sus hermanos en lugar del padre que trabaja. Estas circunstancias son reales y, a veces, los resultados son una calificación reprobatoria al final del año. La escuela de verano ofrece a estos estudiantes una segunda oportunidad para trabajar con parte del material cubierto en el año y, les brinda la oportunidad de obtener el crédito necesario para graduarse.
En segundo lugar, la escuela de verano es un momento en el que sucede la enseñanza y el aprendizaje idealista. El aprendizaje idealista en el aula, guía tanto a los maestros como a los alumnos hacia las preguntas esenciales cubiertas durante todo el año. La escuela de verano ofrece las mismas preguntas para los estudiantes y, las preguntas desafían a los estudiantes durante el verano al igual que desafían a los estudiantes durante todo el año. Los estudiantes deben demostrar dominio del contenido y normalmente, lo harán a través de un número limitado de evaluaciones. El proceso de un año de aprendizaje de las mismas ideas cubiertas durante el verano es una oportunidad para una comprensión más profunda, pero el objetivo es lograr que los alumnos obtengan el contenido básico y proporcionen las herramientas necesarias para profundizar el contenido el año siguiente.
No hace falta decir que la enseñanza idealista, no es la mejor filosofía de enseñanza precisamente por su falta de profundidad. Aunque, la enseñanza idealista puede ser superficial, es innegable que el conocimiento básico del contenido debe ser favorecido en contraste con su alternativa. En otras palabras, es mejor conocer un poco de información sobre un tema en lugar de permanecer completamente ignorante.
Asistí a la escuela de verano como estudiante de segundo y tercer año en la escuela preparatoria. Fallé varias clases en mi primer y segundo año porque, como estudiante universitario de primera generación, no sabía que las universidades considerarían mis calificaciones como un requisito para ser admitido en sus programas universitarios. Pensé que la universidad era un lugar donde simplemente pagabas para ir, sin preguntas. No fue sino hasta la mitad de mi segundo año, cuando me dijeron lo importante que es tener la cantidad correcta de créditos para poder ingresar a la universidad. Para entonces, yo ya había fallado muchas clases, pero la escuela de verano era un salva grados, una oportunidad para corregir mis errores, errores que resultaron por mi falta de conocimiento del proceso de aceptación de la universidad. La escuela de verano me dio una segunda oportunidad para obtener mis créditos y asistir a la universidad, donde recibí mi especialidad, y ahora soy maestro de preparatoria en mi alma mater. La escuela de verano fue una gran ayuda para mi éxito, y creo que sigue desempeñando un papel vital para el futuro de nuestros estudiantes.