Como cualquier padre, tengo grandes esperanzas para mis hijos. Mi hijo mayor va a empezar la preparatoria en una escuela pública chárter este otoño, y mi hija va a asistir a una escuela magnet dentro del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. Espero que a mis hijos se les dé un reto académico más alto, que cuenten con maestros excelentes y que reciban la preparación que necesitan para ir a la universidad. Sé que, para cumplir sus sueños y metas, necesitarán de una educación sólida y de mi apoyo a lo largo del camino. Pero también sé por experiencia propia que actualmente en Los Ángeles, encontrar buenas escuelas públicas para sus hijos es demasiado difícil para muchas familias.
Hace un año y medio me mudé a Watts desde Tucson, Arizona para estar más cerca de mi familia en Los Ángeles. Llegué en enero, a mediados del año escolar, con mi esposo y mi familia. Mi hijo estaba en la secundaria y mi hija mayor en la primaria. Inmediatamente me puse a buscar escuelas para mis hijos.
Mi hijo asistió a una escuela pública chárter de alto rendimiento en Tucson que estaba cerca de nuestra casa, así que yo ya sabía lo que estaba buscando en una escuela, y quería encontrar algo parecido en nuestra nueva ciudad.
Pensé que había una manera sencilla de aprender sobre las escuelas del distrito, las escuelas magnet y las escuelas chárter para luego solicitar admisión a ellas.
Pero lamentablemente no fue así, y el proceso de inscripción en ese primer año fue confuso y agotador.
Empecé a hablar con nuevos vecinos de mi comunidad, preguntándoles cómo buscar una buena escuela. Mi cuñada me ayudó a encontrar información en línea. Descubrí enseguida que no había una manera sencilla de obtener información sobre las escuelas en Los Ángeles y cómo inscribirse en ellas, y la información y los recursos que necesitaba estaban distribuidos en varias partes. Ya que cada escuela tenía su propia sistema de inscripción, fechas límites para completar las solicitudes y procesos a seguir.
Me sentí agobiada tratando de reunir suficiente información para tomar una buena decisión. Llené docenas de solicitudes, la mayoría con diferentes fechas límite, y tuve que pasar mucho tiempo tratando de hacer un seguimiento al sistema de matriculación de cada escuela. Llamé a una de las escuelas a donde solicité admisión y descubrí que ya habían 100 estudiantes por delante de mi hijo en la lista de espera. Al final, no pudimos llevar a mi hijo a una escuela pública que fuera adecuada para él. Pasó parte del año escolar en una escuela donde se sentía inseguro, hasta que lo saqué y lo inscribí en una escuela privada.”
Después de esa experiencia, me sentí más preparada para nuestro segundo año escolar en Los Ángeles. Comencé a solicitar admisión más temprano, esta vez en octubre. Llené un muchísimas solicitudes, las envié para cumplir con el plazo de solicitud de cada escuela, las visité y le di seguimiento a tantas escuelas como pude. A pesar de que ya sabes lo que estás haciendo, el proceso dura meses.
En este segundo año de intento tuvimos mejor suerte. Mi hijo ingresó a una escuela chárter para la secundaria y mi hija fue aceptada a un programa magnet de LAUSD.
Me considero afortunada. Durante este proceso, tuve el tiempo y un sistema de apoyo que me ayudó. Pero no debería de tomar tantos años a los padres para aprender lo que necesitan saber para encontrar una buena escuela para sus hijos.
Los padres merecen un mejor sistema que les facilite tomar decisiones informadas sobre la educación de sus hijos para que todos los niños en Los Ángeles puedan elegir y asistir a escuelas de alta calidad.
Karina Paniagua
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