Hace alrededor de seis años mi familia y yo nos mudamos de Bell, California a Moreno Valley, California. Estábamos buscando reducir el costo de nuestra vivienda y encontramos que Moreno Valley era mucho más económico. Hicimos la mudanza sin conocer a nadie y empezamos desde cero.
Investigar las escuelas en el área era una prioridad para mi esposo y para mí, ya que nuestro hijo estaría ingresando al quinto grado y nuestra hija iba entrar al kinder cuando nos mudamos. Utilicé GreatSchools.org como guía para comenzar mi investigación y descubrí que la mayoría de las escuelas en Moreno Valley tenían una calificación de 5 y por debajo en ese tiempo. Me entristeció saber que las escuelas públicas en el distrito de Moreno Valley estaban muy bajas durante varios años y sabía que no enviaría a mis hijos a esas escuelas.
Quería encontrar una buena escuela, para mis hijos. Mi hijo había sido un excelente estudiante que había mantenido un promedio de calificaciones de 4.0 en la primaria, y mi hija comenzaría su camino educativo. Quería que fueran parte de un entorno exitoso donde serían desafiados y apoyados, no una escuela donde los datos muestran que son de bajo rendimiento durante varios años.
Mientras continuaba con mi investigación, encontré que el Distrito Escolar de Valverde era una mejor opción para mis hijos. Algunos de mis nuevos vecinos me sugirieron que revisara sus escuelas. El camino a las escuelas en el Distrito Escolar de Valverde fue de 25 minutos de ida y de regreso. Durante cuatro años, tenía que despertarlos al menos una hora antes de que comenzara la escuela para poder llegar a la escuela a tiempo. Esto también significaba que teníamos que gastar más en gasolina. Tenga en cuenta que nos mudamos para bajar el costo de la vida. Pensamos en la importancia de la educación y tomamos la decisión como familia de inscribir a nuestros hijos en el Distrito Escolar de Valverde.
Mi hijo terminó la secundaria en el Distrito Escolar de Valverde, pero una vez que llegó el momento de ir a la preparatoria, me sentí como si estuviéramos empezando de nuevo. La escuela preparatoria a la que mi hijo le tocaría asistir no tenía buena reputación. Otros padres compartieron que la rivalidad escolar estaba fuera de control y que había racismo entre los estudiantes afroamericanos y latinos. También compartieron que los maestros no estaban comprometidos a hacer bien su trabajo. Sin embargo, no quería solo juzgar por la información que solo había escuchado, así visite la escuela varias veces. Había algo en el ambiente que tampoco le pareció mucho a él. Dos semanas después de visitar Rancho Verde High School, tuvieron un juego de fútbol entre dos escuelas, y al final del juego, hubo un tiroteo en el que varios estudiantes resultaron heridos y uno murió. En ese momento, mi esposo y yo decidimos buscar otra opción porque era necesario sacar a nuestros niños del distrito una vez más.
Encontramos buenas escuelas en Riverside, pero la distancia desde Moreno Valley es más lejos está a 40 minutos de distancia. Cambiamos los distritos escolares una vez más. Durante los últimos dos años, hemos estado levantandonos incluso mucho más temprano que antes y todo para que mis hijos puedan asistir a escuelas donde puedan obtener una educación aceptable.
El desafío no se detiene en el viaje de cuarenta minutos o la falta de sueño que mis hijos experimentan, también hemos tenido que reorganizar el tiempo de la tarea y el tiempo de la cena. Esto se debe a que a mis dos hijos les apasionan las Artes Marciales Mixtas, y forman parte del gimnasio donde practican cuatro de días a la semana. Como el gimnasio en el que practican está en Riverside, cerca de su escuela, normalmente llevo conmigo la comida que cocino en casa y después de que los recojo de la escuela, encontramos un lugar para comer, ya sea en un parque o en algún lugar agradable. También comienzan con sus tareas durante este tiempo libre.
Así que esta rutina diaria de salir de nuestra casa a las 6:50 AM para llegar a la escuela a tiempo y regresar a casa a las 6:30 PM para la cena, esto deja a los niños agotados. Llegando a casa se dan un baño rapidísimo,después continúan con sus tareas y ya, se fue el dia.
Es difícil y agotador tener esta rutina, y como madre, me rompe el corazón ver su fatiga y enojo. A mis hijos les encantaría poder ir a casa inmediatamente después de la escuela y descansar un poco antes de ir a la siguiente actividad.
Les digo que todos los sacrificios tienen sus recompensas, que la vida es una lucha constante, y que tenemos que seguir adelante, con la esperanza de que el futuro traerá mejores días y abundantes oportunidades.
Sé que hay innumerables familias que llevan a sus hijos a otros distritos o a mejores escuelas, manejan distancias, gastan más en combustible, comen fuera de casa y tienen menos tiempo libre. Para mí, lo más triste es sacrificar el verdadero tiempo de calidad familiar. Y estoy bastante segura de que otras familias lo hacen por las mismas razones que nosotros. Queremos ayudar a nuestros hijos a tener éxito en la vida, queremos que tengan la oportunidad de competir cuando llegue el momento de ir a universidades, queremos que se gradúen en lo que ellos elijan y vean que sus sueños se hagan realidad.
Si tan solo todas las escuelas estuvieran funcionando exitosamente, las luchas no serían tan difíciles. Como padres, podríamos centrarnos en otras cosas para ayudar a nuestros hijos, como cursos de enriquecimiento, sesiones de tutoría o simplemente tiempo de unión familiar.
Felicito a todos los padres que hacen sacrificios por la educación de sus hijos y, al mismo tiempo, los aliento para que nunca dejen de apoyar y luchar por lo que es mejor para ellos.