Datos, datos, datos: una palabra de moda común, en la educación. Como maestra, constantemente estoy pensando en los datos de mis alumnos. ¿Cómo se desempeñaron en su boleto de salida reciente, examen de unidad, evaluación interina, SAT y CAASPP? ¿Cuántos días han estado ausentes o tarde? ¿Cuál es su nivel Lexile, o, estado de aprendiz de inglés? La lista de evaluaciones y datos puede seguir y seguir. Como maestra, utilizó estos datos para informar la instrucción de mi aula, adaptando mis lecciones a las necesidades de todos mis alumnos. Esto a veces significa volver a repasar un concepto, retroceder en espiral para repasar una habilidad específica, andamios, para apoyar a los lectores con dificultades y, ampliar un tema para desafiar a los estudiantes avanzados.
Pero en el extremo del estudiante, los estudiantes se enfrentan a pruebas y evaluaciones constantes, que los maestros afirman que son “importantes” y críticas para su futuro. Entonces, ¿cómo conseguimos que los estudiantes se preocupen por sus propios datos personales?
Primero, el porqué es, en última instancia, es el aspecto más importante de cada dato. ¿Por qué importa esto? ¿Por qué los estudiantes deberían preocuparse por eso? Después viene el cómo. ¿Cómo son relevante estos datos? ¿Cómo pueden revelar mejoramiento los datos? Como maestra, puedo sonar como un disco roto,a que constantemente recuerda a los estudiantes la importancia de sus datos, pero el momento de “ah ha” es cuando lo ven por sí mismos.
Como escuela, identificamos los principales datos que se pueden rastrear (ocurren más de una vez por año) y están conectados a nuestro enfoque de lectura y análisis de textos complejos a nivel de grado en toda la escuela. Para nuestros estudiantes, eso significó puntaje lexile (evaluado tres veces por año), evaluaciones interinas (tres veces por año en inglés, matemáticas y ciencias), SAT y exámenes de práctica SAT (cuatro veces por año) y calificaciones y asistencia (cada cinco semanas).
Entonces, ¿qué hacen con todos esos datos? Cada vez que los estudiantes tienen un nuevo dato, lo ingresan en su propio rastreador de datos personales. Su rastreador de datos está en una hoja de Google que usan desde el primer año hasta el último año. Durante el establecimiento de metas semanales, los estudiantes establecen metas INTELIGENTES (SMART) centradas en una sola pieza de datos, y el paso de acción que intentan tomar para mejorar. Con el tiempo, los estudiantes pueden ver su progreso durante todo el año, así como a lo largo de su tiempo en la escuela preparatoria. Ahora, en lugar de simplemente tomar una “prueba importante”, los estudiantes pueden poner una parte de sus propios datos a prueba. Ahora, los estudiantes son los que se apropian de sus propios datos, no solo el maestro. Con una mayor participación de los estudiantes, empujar a los estudiantes a logros más altos, se convierte en un esfuerzo de equipo.