Siendo la Chica Morena en una Escuela Preparatoria Blanca y Rica

Oh escuela preparatoria, cómo no te extraño. Fuiste muy dura conmigo, pero me enseñaste mucho sobre mí misma y de lo que soy capaz. Es cierto lo que dicen sobre, solo se te da lo que puedes aguantar. Esta pieza es para ti, tú en cualquier tipo de comunidad marginada.

Entonces, ¿por qué la escuela preparatoria fue tan difícil para mí? Antes de que pueda contestar eso, tengo que abrirme sobre mí misma. Soy una salvadoreña de primera generación. Nací y crecí en Costa Mesa, pero viví justo al borde. Así que terminé yendo a la escuela preparatoria en Newport Beach. ¿Recuerdas ese programa sobre los estudiantes ricos de preparatoria viviendo en Newport Harbor? Yo era, y todavía soy el polo opuesto de esos niños, pero ese es el tipo de ambiente en el que fui arrojada.

La Escuela Preparatoria Newport Harbor, es la escuela más blanca que jamás haya visto, quiero decir, literalmente, cada vez que salía del edificio de ciencias, los rayos del sol se reflejaban en el edificio y me dolia abrir los ojos. Bromas aparte, la escuela carecía de diversidad, incluso dentro de su personal. Sin embargo, no es necesariamente culpa de la escuela. No muchas personas de color pueden darse el lujo de vivir en Newport Beach y la mayoría de la gente de color como yo, vivíamos lo suficientemente cerca de Newport Beach, que tuvimos que ir a la Escuela Preparatoria de Newport Harbor. Fue una bendición y una maldición, NHHS definitivamente, tiene un gran programa académico y ofrece cursos AP e IB.

Siempre me ha gustado el mundo académico y desafiarme a mí misma, no sabía realmente qué eran los cursos AP, pero decidí tomar mi primer curso AP en mi segundo año. Era muy diferente de los cursos “regulares” que había tomado en mi primer año. Cuando entré por primera vez a la habitación, no conocía a nadie. No había una sola persona de color en esa clase. Esta fue la primera vez que se produjo el síndrome del impostor. Inmediatamente sentí que no pertenecía. ‘¿Qué estoy haciendo aquí? Esta clase va a ser muy difícil, esto es demasiado avanzado para mí. Todos aquí parecen ser tan inteligente, no soy lo suficientemente inteligente como para estar aquí “. Desafortunadamente para mí, comencé a internalizar todo eso. Nunca levantaba mi mano y, mi corazón se hundía en mi estómago si me llamaban al azar, incluso, si sabía la respuesta.

Sin embargo, seguí presionando, y seguí tomando cursos de AP porque sabía que iba ir a la universidad, y sería la primera en mi familia en ir a la universidad. Cuando empecé a investigar las universidades, comencé a aprender lo caro que eran. Fue entonces cuando les pregunté a mis padres si tenían dinero ahorrado para mi, para que fuera a la universidad. Nunca olvidaré lo que mi mamá dijo a continuación. Ella dijo “no que te van a dar becas?” Y fue entonces cuando supe que mis padres no sabían nada, sobre el sistema educativo.

Fue entonces cuando comencé a darme cuenta de que los niños blancos en mis clases de AP, no eran más talentosos que yo, pero definitivamente tenían MUCHO más privilegio que yo. Tenían padres que les podían enseñar cómo llegar a la universidad. Tenían los recursos financieros para pagar a los tutores y las cuotas para los exámenes SAT, ACT y Ensayo de SAT. Y aún más que eso, tenían el privilegio de estar seguros consigo mismos. Nunca tuvieron que entrar a la habitación de sus compañeros y no tener al menos un amigo en la habitación. O, sentir que no merecían estar en esa habitación. Nunca tuvieron que entrar en Idioma Inglés AP y dudar que su inglés no fuera más que perfecto. Tuvieron el privilegio de tener padres que entendían el sistema educativo, padres que sabían lo que significaba estar inscritos en los cursos AP y / o IB.

Puedo sentarme aquí, y escribir sobre todas las adversidades que enfrenté en la escuela preparatoria, y cada barrera financiera, emocional y de género que alguna vez tuve que cruzar. Podría sentarme aquí e incluso, escribir sobre cada encuentro racista que haya tenido. Puedo sentarme aquí y decirte que ni siquiera podía recurrir a mis profesores porque ninguno de ellos se parecía a mí, así que, ¿cómo podían ellos relacionarse? Pero eso estaría perdiendo el punto. El punto es, cómo personas de color, mujeres de color, LGBT y de color, primera generación, inmigrantes, lo que sea, somos resilientes. Sí, la escuela preparatoria a veces fue horrible. Sé que lo lograrás, porque una vez yo fui tú. Una vez fui la chica morena ansiosa y tranquila, que se guardó para sí misma. La niña con ojeras debajo de sus ojos, porque ella misma tenía que alcanzar sus metas. Te prometo que puedes hacerlo. Puedes hacerlo a través de todo el camino. Sí, es posible que tengas que trabajar el doble de duro que tus homólogos blancos. ¿Es justo? No. Pero déjame decirte algo, si puedes superar la carrera con el doble de obstáculos que tus compañeros, mereces todos los logros. Encuentra tu sistema de apoyo, crea metas para ti mismo, y, nunca dudes de estar en la habitación.

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Jessica Rosales

Jessy Rosales is a Salvadoran American and a huge advocate for reproductive justice. As a first-generation American student, she single-handedly navigated her way through the education system. Growing up her parents always emphasized the importance of higher education, and with that in her heart she finished her undergraduate career at the University of California, Riverside and majored in Media and Cultural Studies. Jessy is currently an organizing fellow with NARAL Pro-Choice America and is very active in the fight for reproductive justice. She is now also contributing to La Comadre in hopes that she can help and inspire current students.

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