Como hija de inmigrantes,seguido me encuentro reflexionando sobre lo que significa ser “estadounidense” y si encajo o no en esa categoría. Mis padres, como millones de otros inmigrantes, decidieron traernos a este país para un futuro mejor, uno lleno de oportunidades. Debido a este inmenso sacrificio, pude asistir a excelentes escuelas y tener la oportunidad de llegar a la universidad y a través de ella. Ahora, con orgullo sirvo a mi comunidad a través de la enseñanza y participó plenamente en mejorar las oportunidades disponibles para nuestros jóvenes. Tengo una licencia de maestra,una licenciatura y estoy estudiando una maestría y a pesar de participar en todas las instituciones, a menudo me cuesta pensar que soy un “estadounidense”.
Durante mucho tiempo estuve condicionado a creer que ser “estadounidense” significa ser blanco, rico y educado. En el 2016, “los hispanos representaron el segundo grupo racial o étnico más grande detrás de los blancos”, según las estadísticas publicadas por el Pew Research Center. En muchos sentidos, esta es nuestra América debido a las formas en que contribuimos diariamente a nuestras comunidades. No es ningún secreto que muchos de nosotros hemos enfrentado grandes desafíos para lograr lo que hemos podido, pero tenemos que aceptar plenamente estos desafíos y utilizarlos para representar a nuestras comunidades en las posiciones de liderazgo que merecen estar.
América se suele denominar como un “crisol”, pero parece que las personas de color en el liderazgo están siendo dejadas en el fondo del bote y el liderazgo blanco está llegando a la cima. Desde su fundación, Estados Unidos ha sido segregado y dividido intencionalmente. Ahora que nuestros números están aumentando en términos de representación, es hora de mezclarlos y reclamar a Estados Unidos como el crisol de culturas que merecen nuestras generaciones futuras.
Mi sueño americano es diferente de lo que mis padres soñaban, pero les debo a ellos y a mi comunidad mantenerlo en marcha. Este día de las elecciones, asistamos a las urnas y contribuyamos al proceso político de nuestro país de la manera que podamos y reclamemos este “Sueño Americano” que muchas generaciones antes han anhelado.