La temporada de solicitudes para la universidad es como una montaña rusa de emociones para los estudiantes de preparatoria. Primero viene la realidad, la verificación cuando los estudiantes se dan cuenta de cuáles escuelas están realmente en su rango objetivo en función de sus calificaciones de GPA y SAT. El siguiente es el más tedioso, el proceso de solicitud, desde completar solicitudes, escribir ensayos, responder preguntas de EOP, analizar documentos financieros para FAFSA y solicitar cartas de recomendación. Después de todo ese arduo trabajo, finalmente pueden someterse y dar un enorme suspiro de alivio porque la parte más difícil ha terminado. Los próximos meses son un juego de espera estresante para que las decisiones lleguen. Con la llegada de las cartas de decisión llega una gran variedad de emociones: emoción, desamor, desilusión, confusión y miedo. Decidir en qué escuela pasará los próximos cuatro a seis años estudiando es una decisión importante en la vida que tiene muchos factores de influencia.
Recordando en mi propia experiencia de aplicación universitaria, recuerdo claramente la montaña rusa de emociones que experimenté. Estaba tan emocionada de comenzar el siguiente capítulo de mi viaje educativo e hice mucha investigación en las escuelas pensando que sería lo mejor para mí. La semana en que llegaron todas mis cartas de decisión de la universidad se sintió como el fin del mundo y mi primera verdadera angustia. Aunque sentí que todos mis amigos estaban celebrando y siendo aceptados en la escuela de sus sueños, estaba abriendo cartas y correos electrónicos que contenían los mismos mensajes: rechazados o en lista de espera. Tenía el corazón roto y no podía entender cómo, después de haber trabajado tan duro en la preparatoria,de haber hecho cientos de horas de servicio comunitario y de terminar con el 10% más alto de mi clase, no podía ser aceptada en ninguna de mis escuelas “mejor elegidas”. (Ojo: si entre en algunas buenas escuelas y me gradué con licenciatura. Si tan solo en mis años de preparatoria hubiera sabido que no entrar a la escuela de mis sueños no era el fin del mundo..)
Comparto mi viaje de solicitud de la universidad con mi estudiantes cada año para mostrarles que no todos tienen la misma experiencia. Celebro las aceptaciones de mis alumnos, pero también soy consciente y sensible de la amplia gama de emociones que otros pueden estar experimentando.
Por lo tanto, a medida que se acercan los plazos de solicitud de ingreso a la universidad y comienza el juego de espera, les dejo algunos consejos:
- No se demore en enviar sus solicitudes. La tecnología no es perfecta, y los plazos son bastante inflexibles.
- Usa tu comunidad como recursos. Tu familia, maestros, consejeros y entrenadores están ahí para apoyarte. Póngase en contacto con ellos para hablar, editar ensayos y escribir cartas de recomendación la mayoría de las veces están dispuestos a ayudar.
- Crea un email profesional y revisalo a diario.
- ¡Tómese un momento para celebrar sus éxitos, trabajó arduamente para llegar a donde está!