Cuando imaginé mi tiempo en el aula, nunca pensé tener que participar en un foro con un jefe de policía local que me dijera qué hacer en caso de un tiroteo masivo. Nunca imaginé que me dijeran que durante los pocos minutos antes de que sus equipos puedan llegar al campus, dependemos de nosotros mismos. Debido a las tragedias que han tenido lugar en las escuelas de los Estados Unidos en los últimos años, los equipos escolares y los distritos han comenzado a crear planes de seguridad para prepararse en caso de que haya disparos en el campus. Además, el gobierno federal también ha creado una Comisión, que tiene la tarea de presentar recomendaciones para mejorar la seguridad de nuestros estudiantes. La Comisión Federal de Seguridad Escolar, formada por cuatro miembros del gabinete y dirigida por la Secretaría Betsy DeVos, dio a conocer su nuevo informe a principios de este mes. El New York Times publicó recientemente un artículo sobre el asunto y declaró que el informe se centró“en la derogación de las normas disciplinarias de la era Obama, mejorar los servicios de salud mental y personal de la escuela de formación en el uso de armas de fuego”.
La Comisión se formó en respuesta a la Disparos en la escuela secundaria de Stoneman en Parkland, Florida, en febrero pasado. Se esperaba que los miembros hiciera la investigación y propusieran las mejores prácticas para informar los planes de seguridad de todas las escuelas. Las recomendaciones de la Comisión no son una solución de “talla única”. En cambio, las municipalidades locales y los distritos escolares han comenzado a evaluar sus propios riesgos y preparar procedimientos de emergencia en caso de tal tragedia. Frank Quiambao, fundador y director del Instituto Nacional de Seguridad y Protección de la Educación, recomendó que los líderes escolares realicen “evaluaciones de vulnerabilidad” en una entrevista reciente con Education Dive. También recomendó que los maestros acepten la idea de tener kits de emergencia en las aulas para que el personal pueda tratar las “heridas en el campo de batalla” y que sirvan de primeros auxilios hasta que llegue el personal de emergencia local.
La idea de tener que cuidar las heridas de mis alumnos es aterradora e inimaginable. Además, el hecho de que Trump espere mi entrenamiento en el uso de armas de fuego es repulsivo. Las armas en el aula no harán que mis estudiantes estén más seguros. Sin embargo, si bien la política se ha mejorado para respaldar mejor la seguridad de nuestros estudiantes, no podemos quedarnos sentados sin estar preparados. Nuestros estudiantes están sentados en las aulas preocupados y preguntándose sobre los resultados de los eventos que escuchan o ven en las noticias. Estos eventos se pueden prevenir y hasta que la política se ponga al día, debemos continuar educándonos y preparándonos.