Al terminar mi quinto año de enseñanza, he estado reflexionando mucho sobre mi viaje como maestra, donde empecé y lo que he logrado en el camino. A diferencia de la mayoría de los maestros, no seguí el camino tradicional para convertirme en una educadora. Inmediatamente después de graduarme con mi licenciatura en química, participé en el instituto de verano de Teach for America, de seis semanas, y sólo dos días después, comencé a enseñar en mi posición actual de química en la escuela preparatoria con mi credencial de pasante. Durante mis primeros dos años de enseñanza, me inscribí en la escuela de posgrado y en las clases de acreditación, donde obtuve mi credencial de enseñanza y mi maestría en educación urbana.
Cinco años después de comenzar este viaje, sigo enseñando, dirijo mi departamento de ciencias, soy miembra del Equipo de Liderazgo Instructivo de mi escuela y, he sido honrada como Finalista de Maestra del Año, para mi distrito escolar. Han pasado muchas cosas en estos últimos cinco años.
Cuando pienso en mi experiencia de “convertirme en maestra”, me pregunto, qué significa estar preparado. Antes de entrar en mi aula de tiempo completo, mi experiencia con la enseñanza fue durante el instituto de verano de Teach for America, de seis semanas. Junto con la enseñanza de química en la escuela de verano, también participé en seminarios y clases que trataron sobre el manejo de la conducta, la cultura del aula y las estrategias de enseñanza. Recibí entrenamiento en tiempo real, que me ayudó a moldear mi estilo de enseñanza y gestión en el momento, así como el tiempo para reflexionar. Dejé el instituto de verano de seis semanas, con la sensación de haber aprendido mucho y, de que estaba lista para comenzar el año en mi propia clase.
Rápidamente descubrí que había mucho más para aprender. ¿Estaba preparada? Tal vez. Pero no creo que nada puede prepararte para tu primer año de enseñanza.
Entonces, ¿qué hace que un maestro sea exitoso? Yo diría que hay muchos factores que han contribuido a mi éxito como maestra. Para empezar, tuve mucho entrenamiento tanto de mi escuela como de Teach for America. El entrenamiento afectó mi práctica docente, porque cada vez que un observador llegaba a mi salón de clase, dejaba un pequeño comentario procesable. Estos pequeños cambios en el tiempo resultaron en un mayor impacto para mis alumnos. También tengo algunos compañeros de trabajo increíbles que están haciendo cosas grandiosas en sus aulas. La habilidad para observarlos enseñar, me dio muchas nuevas estrategias de enseñanza y gestión, así como una visión sobre el rendimiento de los alumnos en las diferentes clases. Otro componente clave de mi éxito fue, mi reflexión constante. Estar inscrita en clases de posgrado simultáneamente mientras enseñaba, fue increíblemente desafiante, pero también proporcionó el espacio para mucha reflexión. En mis clases, aprendimos sobre diferentes pedagogías, estrategias de enseñanza, leímos estudios de casos y aprendimos sobre diferentes leyes educativas. Entonces pude implementar inmediatamente las estrategias, o mi reflexión en mi práctica docente al día siguiente. Aunque no aprendí todas estas cosas antes de comenzar a enseñar, aprenderlas mientras estaba enseñando, me permitió ser más reflexiva, y ver estas estrategias y pedagogías puestas en práctica.
Lo que creo que en última instancia condujo a mi éxito como maestro es, mi capacidad para probar cosas diferentes sin preocuparme por fallar. Durante mis primeros dos años, probé muchas cosas diferentes, desde arreglos de asientos, hasta procedimientos y estructura de clase. Algunas cosas funcionaron, pero muchas no. Con los cambios constantes, siempre fui muy abierta y vulnerable con mis alumnos. Estábamos juntos en esto y aprendiendo unos de otros. Acepté comentarios, no sólo de mis observadores, sino también de mis alumnos.
Aunque no tomé la ruta tradicional, no cambiaría mi experiencia por nada. No hay una manera “correcta” de convertirse en maestro, siempre y cuando, tenga el compromiso y la pasión por el trabajo desafiante. A día de hoy, todavía no tengo todo resuelto, pero eso está bien. Estoy evolucionando, adaptándome, y siempre probando algo nuevo; Esa es una clave importante para convertirse en un exitoso maestro.