Me gradué con una licenciatura en estudios étnicos de UCSD en 2003. Antes de ingresar a la universidad, nunca había oído hablar de esta área de estudio. El programa de estudios étnicos en UCSD es un “estudio interdisciplinario de raza, etnia, indigeneidad, género, sexualidad, clase y discapacidad”. Este programa, fue la primera vez que estuve expuesta a diversas personas en la historia del mundo, los acontecimientos actuales y la política, lo que me permitió comprender cómo se desarrollaban el poder y la desigualdad a nivel local y global. Fue una experiencia reveladora que me permitió comprender que las personas que se parecían a mí y hablaban como yo, eran contribuyentes importantes en casi todas las facetas de la sociedad, sin embargo nunca fueron mencionadas en nuestros libros de historia, ni se les dio ningún crédito por sus contribuciones.
Así que me sorprendió gratamente, leer en el San Diego Union Tribune acerca de una joven en mi ciudad natal de Chula Vista, que estaba trayendo un curso de estudios étnicos a su escuela preparatoria. Ana De Almeida Amara, ganó el máximo honor nacional de Girl Scouts por un curso de estudios étnicos que creó y enseñó en su escuela preparatoria, High Tech High Chula Vista. Ana se dio cuenta, como lo había hecho yo, hace muchos años, que “la representación de personas de color, no era evidente en nuestro currículo, en nuestras clases de historia o en los clubes escolares”, y que “los estudiantes entran como seres raciales, y es es importante tener confianza en eso, e interactuar con personas que tienen diferentes antecedentes culturales”.
Fue exactamente esta falta de representación cultural en los currículos de nuestras escuelas, lo que me impulsó a obtener mi título en estudios étnicos. Aprendí a través de mis propios estudios y experiencias. que, aunque no se diga explícitamente, enterrar la historia de un pueblo, crea un mensaje de que sus contribuciones no eran importantes.
Viniendo de un área predominantemente latina y a solo cinco millas de la frontera de México-Estados Unidos, es esencial que los estudiantes tengan acceso a asignaturas académicas relacionadas con ellos. Tener un currículo de estudios étnicos, les permite a los estudiantes sentir que sus contribuciones a nuestra sociedad son importantes. Tienen una voz que puede hacer cosas poderosas tales como su antepasados antes de ellos. Pueden ver que aunque sus antepasados enfrentaron todo tipo de adversidades, pudieron superar y hacer grandes cosas. Pero esto no sólo es importante para las personas de color, un currículo de estudios étnicos, enseña a los estudiantes euroamericanos a valorar la diversidad, y les ayuda a ser culturalmente sensibles.
Esta no es sólo la opinión de algunas personas. Hay muchos estudios que han seguido la importancia de un currículo culturalmente diverso y su impacto en las tasas de graduación de la escuela preparatoria y el éxito universitario. En su trabajo “El Valor Académico y Social de los Estudios Étnicos”, Christine E. Sleeter, Ph.D. (The Academic and Social Value of Ethnic Studies), discute cómo tener un currículo de estudios étnicos, tiene un impacto positivo en los estudiantes y su resultado escolar. También señala que el plan de estudios más impactante, no sólo presenta diversos grupos sino que, también incluye el efecto del racismo. Enseñar a los estudiantes de esta manera les permite “lidiar con múltiples perspectivas” y “produce mayores niveles de pensamiento”. Esto ayuda a preparar a los estudiantes para ingresar a instituciones de educación superior, con una visión del mundo más amplia, y poder articular y desafiar sistemas e ideologías que no incluyen a todas las personas.
Aunque los estudios muestran la importancia de un currículo de estudios étnicos, ha sido una tarea muy difícil convencer a los consejos escolares. Incluso en distritos escolares con una población diversa, los funcionarios escolares no tienen un concepto completo de su importancia e impacto. Esto se debe en gran parte al hecho de que un programa de estudios étnicos desafía la ideología de que las escuelas y sus planes de estudio, deberían ser daltónicos. Esto crea un sistema en el que se pasa por alto, la raza y el racismo. A los estudiantes no se les enseña a participar o cuestionar la forma en que se enseñan las materias escolares, y quién no está incluido en la narrativa. Ana De Almeida Amara, también enfrentó este desafío al presentar su trabajo e intentar convencer a los administradores escolares de que se necesitaban estudios étnicos en su escuela. Ella explica en el artículo que, si bien entendieron la importancia de incluir una historia con la identidad de sus alumnos, hacerles comprender la importancia de esto fuera de un curso de historia fue más difícil. El objetivo de un currículo de estudios étnicos, no debe ser, que se incluya en la lista actual de materias, sino que impregne todas las materias escolares y cree una experiencia académica más dinámica.
Los cursos de estudios étnicos son esenciales para poder ayudar a los estudiantes de color a alcanzar el éxito académico, al tiempo que crean un espacio para el diálogo sobre los sistemas divisivos actuales en todos los niveles de la sociedad. Los estudiantes de todos los orígenes culturales, deberían poder relacionarse con los temas que están aprendiendo en un nivel más profundo. Todos los estudiantes deben sentirse empoderados y sus voces defendidas, en todo el plan de estudios. Hacerlo permitirá a los estudiantes participar mejor en su trabajo escolar y desarrollar un pensamiento crítico, para crear soluciones a los problemas que la sociedad, ha mantenido durante mucho tiempo.