Me enorgullece presentarles a la familia Gutiérrez, quienes emigraron a este país en el año 1986 de Tacatzcuaro en el estado de Michoacán, México. Sus maletas estaban repletas de grandes sueños pero,además de muchas ganas de trabajar duro para lograrlos.
Don Jorge y Doña Rosa Gutiérrez, son los padres de 5 hermosas hijas,ahora todas mayores de edad, mujeres fuertes y trabajadoras. Su hija Cristal es la mayor; estudió cosmetología y disfruta de su elección de su carrera. Ella trabaja duro para ayudar a su familia. Adriana es la segunda mayor; se graduó de preparatoria y ayuda a sus padres a administrar la paleteria, que es el negocio familiar. Andrea, se especializó en contabilidad y se graduó de la Universidad de California Riverside en 2019. Actualmente está trabajando en su maestría y espera terminar en 2022. Esmeralda, es la segunda hija más joven y este año se graduó de Cal State of San Bernardino, obteniendo una Licenciatura en Justicia Penal y Administración de Empresas. Rosalina,es la más joven de todas y se graduó de MLK High School Riverside este año. Ella planea continuar sus estudios en Riverside Community College, ¡Le deseamos lo mejor!
Andrea, es una ex alumna universitaria de primera generación y ha motivado a sus hermanas menores a seguir una educación superior. Su familia es ejemplar, siempre están unidos y apoyándose.
Al platicar con Doña Rosa y Don Jorge, les hice esta pregunta; ¿Cómo se siente haber logrado sus sueños? Don Jorge respondió con toda humildad: “Siento un gran orgullo por mis hijas y una felicidad inexplicable de ver a mi familia cumplir nuestros sueños, a pesar de todas las dificultades por las que hemos pasado y agradezco a Dios, por permitirme ver los resultados de tanto esfuerzo”.
Le hice la misma pregunta a Doña Rosa y ella respondió: “Agradezco a Dios, por permitirme ver a mis hijas graduarse y cumplir sus sueños; que también eran mis sueños “. Doña Rosa me comentó que le hubiera gustado continuar sus estudios estando en México; amaba la escuela. Pero, lamentablemente su familia no tenía los medios económicos para apoyarla en sus estudios. Después de esforzarse en salir adelante en México y darse cuenta de que era muy difícil para ellos, fue cuando decidieron venir a este país y empezar de cero.
Don Jorge dedicó su tiempo al trabajo para mantener a su familia y también cuidarla. Es un hombre trabajador que siempre ha querido lo mejor para su esposa e hijas. Pudo abrir la paleteria de su franquicia, algo para lo que trabajó muy duro.
Doña Rosa era la que se encargaba de cuidar a sus cinco hijas en casa. Ella participó en la educación de sus hijas y seleccionando las escuelas a las que asistían, asistió a las reuniones de padres y se mantuvo al tanto de sus calificaciones y actividades extracurriculares. Es una madre a la que le gusta ayudar a sus hijas con tareas y proyectos, como no hay mucha diferencia de edad entre ellas, casi siempre había un proyecto para comenzar y otro por terminar.
Doña Rosa nunca dudó en acercarse a los maestros, consejeros y personal escolar de sus hijas cuando necesitaban apoyo en la escuela; ella siempre estuvo presente para apoyarlas. Hubo momentos en los que sus hijas necesitaban apoyo emocional y ella nunca dejó que el idioma fuera una barrera para encontrar la ayuda que sus hijas necesitaban.
En toda familia hay dificultades y obstáculos que afrontar, pero juntos siempre han sabido manejar bien las cosas. Doña Rosa comentó (con lágrimas en los ojos) que en muchas ocasiones ella y su esposo vieron a su hija Esmeralda, pasar noches enteras estudiando y haciendo tareas. Comentó que muchas ocasiones se quedaron para acompañarla, y hubo momentos en los que tuvieron que compartir lágrimas de frustración, estrés y fatiga de tanto estudio y trabajo. Esmeralda, tenía 2 trabajos, estudiante de tiempo completo y muchas veces no dormía lo suficiente. Tuvo problemas con uno de sus trabajos porque le asignaron un horario que no le funcionó, porque la escuela y sus estudios eran su prioridad. Ese empleador no entendió, se despidió de ellos con agradecimiento y dignidad. Esmeralda, ahora está agradecida de que su empleador le haya dicho “no” al tiempo libre que necesitaba para ir a la escuela. Gracias a ese “no” supo cómo salir adelante, ponerlos en el pasado y enfocarse en su futuro y su carrera.
Sabemos que 2020 fue un año muy difícil para todos; Covid 19 también trajo desafíos para esta familia. Su negocio familiar estaba cerrado y el dinero escaseaba. Esmeralda, estaba en su último año de universidad y saber que su familia estaba luchando financieramente fue muy estresante. Necesitaba apoyo financiero para cubrir libros y otros gastos escolares. Doña Rosa recuerda haber visto a su hija, desesperada y angustiada por su estado financiero. Esmeralda, entendiendo por lo que estaban pasando sus padres, no quiso preocuparlos aún más y pensó en parar su carrera hasta que su situación mejorará.
Cuando sus padres se enteraron de lo que ella planeaba hacer, no se lo permitieron. Unidos, hicieron ajustes en sus finanzas y lograron seguir adelante con un plan. Cuando digo unidas, me refiero a que todas las hermanas trabajaron y colaboraron para pagar lo que Esmeralda necesitaba en ese momento y la apoyaron.
Ahora que las cosas después de la pandemia están volviendo a la normalidad, han podido reabrir su paleteria donde trabajan las cinco hermanas. Todas las hijas se turnan y se ayudan mutuamente combinando las responsabilidades escolares y familiares.
Las tres palabras que utilizó para definir esta familia son Unidad, Perseverancia y Éxito. Familia Gutiérrez, felicitaciones por su éxito y por el legado que está construyendo para sus generaciones futuras.