A menudo, los padres planifican para los niños. Ellos deciden cuántos tendrán y el momento adecuado para tenerlos. Para mi esposo y para mí, fue diferente. Nuestro hermoso hijo Alejandro, llegó sin ningún plan. Alejandro es especial para nosotros. Nació, pesando sólo 2 libras, prematuramente a los 5 meses. Después de varios meses, lo llevamos a casa desde el hospital y me preocupaba que no se desarrollara igual que otros niños. Pero he aprendido que, en realidad, todos los niños son diferentes. Desde el momento en que nació, supe que Alejandro probablemente iba a tener necesidades especiales y las tiene, ya que ahora está en un IEP (Programa de Educación Individualizada).
Siempre me he mantenido informada sobre la educación de mi hijo, pero antes de que naciera Alejandro, no sabía cómo era el sistema de escuelas públicas en este país. Sin embargo, mis experiencias en educación comenzaron mucho antes de que naciera mi hijo. Siempre he valorado la educación como una forma de triunfar en la vida. Como muchos latinos en este país que buscan una vida y un futuro mejor para nosotros y nuestras familias,mi esposo y yo decidimos emigrar a los Estados Unidos hace 22 años. En ese momento, estaba estudiando en la Universidad de Jalisco en Lagos Moreno, Jalisco, pero no veía oportunidades para salir adelante en México. Aunque mi padre siempre nos motivó a estudiar porque también vio el valor de la educación, la universidad a la que asistía era nueva. Yo formé parte de la segunda clase que se especializó en contabilidad. También estudié inglés y quería practicar. Esto nos motivó aún más a emigrar a los Estados Unidos. Cuando llegamos aquí por primera vez, llegamos a Texas. Luego nos mudamos a Chicago, gracias a una oportunidad laboral, y vivimos allí durante ocho años. Ahora vivimos en San José, California, para estar más cerca de la familia porque eso es muy importante para nosotros.
A pesar de mis propias experiencias educativas, como inmigrante y madre de un niño con necesidades especiales, ha sido difícil navegar el sistema educativo de este país. Si bien no puedo decir que haya sido fácil, estoy feliz de haber encontrado finalmente la comunidad de apoyo en las Escuelas Rocketship que me empodera como madre de familia.