Saltos de Fe

A veces un salto de fe es nuestro único medio de transporte. A veces tomamos esos saltos nosotros mismos, y sólo tenemos que ir por ello y lleguemos. Mierda sólo funciona para nosotros. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, que son demasiado miedo. Vamos a estar puestos en el borde, mirando fijamente en su cara y no tomaremos la inmersión. Entonces nos alejamos por miedo de todo lo que puede ir mal, porque eso es lo que nuestra mente nos dice. A veces lo que más tememos es la misma cosa que nos hará libres, pero si quieres algo, lo realmente quieres  – De Todo Corazón. Mija, tienes que saltar. Como Dicen, si quieres algo que nunca has tenido, ENTONCES tienes que hacer algo que nunca has hecho. Deja de preocuparte por lo que puede ir mal y empeisa a emocionarte por lo que puede salir bien, porque a veces … de alguna manera, de alguna forma, los cosmos se alinean, y sí mierda funciona para nosotros. Nos desafían la lógica. Momentos de gracia. Anomalías. Saltos de fe.

Luego están los momentos en los que no nos movemos. Nos negamos a vacilar. Hemos decidido. Tenemos miedo. Las cosas van a ir mal, porque eso es lo que tiene sentido, eso es lo que el patrón nos ha mostrado, y no podemos ver el panorama por delante. Derrotado. La esperanza se ha perdido. A veces, las personas toman esos saltos de fe con nosotros. Somos el salto. La anomalía.

Esto es lo que sentí cuando me preguntan sobre mis planes después de la graduación.  El Jefe de mi departamento me a preguntado acerca de aplicar a la escuela de posgrado en numerosas ocasiones. Mi respuesta fue siempre no, podría haber incluso dijo, “Diablos que no.” He tenido problemas en la escuela.  Era mi segundo semestre de nuevo y todavía no podía acomodarme. Un patrón. Mis calificaciones no eran tan grande. No soy buena estudiante. Seré rechazada. Yo se esto. No tengo lo que se necesita. No puedo y no voy a hacerlo. Ni siquiera podía manejar la vida como estudiante. Yo no quiero lidiar con el rechazo. Necesitaba seguro y necesitaba consuelo. No podía ver lo que mi jefe de departamento vio en mi. Él vio algo, siempre lo a visto. Toda mi vida ha consistido en desafiar las probabilidades de que deberían hacer  me que  fracase. Estaba cansada. Cansada de luchar contra todo lo que estaba tratando de romper. No se suponía que llegaria tan lejos. Una anomalía. La primera Homegirl para graduarse de una universidad. Por mi jefe de departamento yo era el salto.

Era un miércoles. Estábamos haciendo mi asesoría final de graduación. Mirando a su computadora, mi jefe de departamento me preguntó acerca del postgrado una vez más. “¿A dónde irías, si supieras que te acceptarian,” preguntó. “CSUN, ¿dónde más ?,” le respondi. “¿Cual Maestria?” “Estudios Chicanos, por supuesto,” le dije con entusiasmo. “Y su tesis sería en qué? …” “Me gustaría explorar la marginación de las mujeres en prisión y anteriormente encarceladas,” dije. Él miro hacia arriba y me dice: “Muy bien, disponemos de profesores aquí que son los principales especialistas en la zona … es miércoles, la solicitud de la escuela de posgrado se debe este viernes, se necesita una declaración de propósito y cartas de recomendación. Yo sé que no me vas a preguntar por una, así que voy a seguir adelante y escribirte una.” Él creyó en mí, yo era su salto de fe. Lo tomé, aunque mi instinto me dijo que no. Yo no quiero lamentar no dar el salto y pasarmela pensando en el porque. Tomar el riesgo o siempre mirar hacia atrás pensando que debería tener que dado el salto.

Hay momentos en los que no podemos ver lo que es posible, ensombrecidos por nuestros miedos, los patrones, las cosas que han ido mal, y por eso nos negamos a saltar. Las probabilidades están en contra de nosotros, nuestra mente nos dice “no va a funcionar.” Si tan sólo pudiéramos ver que todas las limitaciones son auto-impuestas y basadas en el miedo, saltariamos a la vez. Saltariamos sin el miedo de caer. Nos gustaría bucear sin reservas. Padre Greg tomo el salto cuando nos da a todos una segunda oportunidad y sé que dará una tercera y cuarta si es necesario. Habla de su enfoque de una manera “no-importa-que.” Brittany Morton que dirige un programa que finca un puente con universidades y en su empuje para conseguir que vuelva a la escuela, y los que, como Dennis López, que me guió y me ayudó en volcando la decisión de CSUN a no conceder me ayuda financiera, y Gabriel con Su Apoyo en empujarme para aplicar a la escuela de posgrado. Estos saltos particulares de la fe, entre muchos otros, son lo que me ha llevado a través. Tengo gente que ha creído en mí, y ellos han sido mi medio de transporte, lo que me permite llevar acabo mis saltos. Es lo que me ha llegado hasta aquí.

Con un día para trabajar en mi solicitud para el posgrado, la complete con la ayuda de mi pandilla “salto de la fe.”.

Unas pocas semanas después de presentar mi solicitud, recibi n un correo electrónico que decía: ” Buenos Dias, has sido aceptada en el programa de maestría en el Departamento de Chicano / a  Studies de la Universidad Estatal de California, Northridge.

Salté porque mi jefe de departamento me empujó. ¿Qué pasa si me caigo? Pero Corazón, que tal si vuelas.

Tal vez fallare en la escuela del postrado. Tal vez no. Ver cómo funciona todo, sera una aventura. En mi experiencia, si algo es importante, incluso si las probabilidades están en contra de ti, haslo. Recordando y tomando en cuenta que los grandes logros toman riesgos, y Vuela Corazón, abre tus alitas y vuela.

Gracias a los soñadores, los empujadores, los voladores y los creyentes. El mundo necesita más personas como Gabriel Gutiérrez, Brittany Morton, Dennis López, y el Padre G. Y Para Los Lógicos, Ponte las alitas y Sorpréndete.

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Lily Gonzalez

Lily Gonzalez

Lily Gonzalez was born and raised in South Central Los Angeles, the daughter of a single, immigrant father. Lily strives to make her father’s dream of a family of college graduates come true. She is a product of LAUSD Schools and a graduate of South Gate High School.

She is a recent cancer survivor and through some years of adversity has risen above all her recent challenges. Lily is a Homeboy Industries graduate and full-time student at California State University, Northridge. She has continued to live her life in South Los Angeles with her two children. She works to show her children that anything can be done with hard work, determination and perseverance even in the face of unimaginable challenges. Her daughter is in a Charter School and she is working to find the right Preschool program for her youngest child.

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